El pasado 6 de abril, el Senado aprobó la ley que reforma el Código Penal para castigar con penas de cárcel a quienes acuden a rezar las clínicas abortistas, que había sido aprobada previamente el 3 de febrero en el Congreso.

La norma culmina así su tramitación parlamentaria, ya que en su paso por el Senado no ha experimentado ningún cambio respecto al texto al que dio luz verde el Congreso, al ser rechazados los vetos de VOX y PP y las enmiendas de este último grupo, además de las del grupo vasco y ERC-Bildu. Tan solo queda su publicación en el BOE.

Con esta reforma del Código Penal, como destacó Hispanidad, en España hemos llegado a un punto en que, como en la dictadura cubana, te pueden meter en la cárcel por rezar en la calle o expresar tus ideas. Y es que, recordemos, en el Gobierno español actual hay comunistas, como en Cuba...

Una opinión parecida tiene NEOS, la plataforma que defiende la vigencia del humanismo y los valores cristianos en todos los ámbitos de la vida social.

“NEOS quiere denunciar la deriva legislativa del Gobierno que pone en entredicho derechos fundamentales como son la libertad ideológica y de conciencia, el de reunión, el de manifestación y el de expresión”, destacó en su nota de prensa.

Como ha subrayado Jaime Mayor Oreja, “algo falla en una sociedad en la que matar a un ser humano que va a nacer es un derecho y, sin embargo, a rezar ante los abortorios se le llama arteramente acoso para convertirlo en un delito”.

La Cámara Alta dio luz verde el pasado miércoles a la proposición de ley impulsada por el PSOE, esgrimiendo a su favor argumentos falaces contra quienes se oponen a la modificación del Código Penal y acusándoles demagógicamente de estar en contra de las mujeres y de limitar su derecho a ser madres. “No es cierto que se esté negando a nadie el derecho a ser madre. Lo que está verdaderamente en cuestión es si le damos el derecho a una mujer, que ya es madre, de acabar con la vida de su propio hijo” ha aclarado María San Gil.

España está dejando de ser un estado de derecho para convertirse en un estado policial fucsia con disfraz liberal, denuncia Josep Miró, de NEOS

Asimismo, NEOS lamenta la estrecha concepción de la libertad en general, y de la libertad religiosa en particular, de la que hace gala el Gobierno. La alternativa cultural asegura que el hecho religioso no es un problema social y considera que un Estado verdaderamente democrático debe reconocerlo, acogerlo y respetarlo desde una laicidad positiva, que poco tiene que ver con el laicismo excluyente. En palabras de Josep Miró “la modificación del Código Penal para perseguir a las personas que se encuentren en los entornos de las clínicas abortistas solo intenta atemorizar a las personas provida e infundir miedo” y que “España está dejando de ser un estado de derecho para convertirse en un estado policial fucsia con disfraz liberal”. Miró duda además de la constitucionalidad de esta proposición de ley y anima a decir basta ante tanta arbitrariedad y a luchar unidos en defensa de los derechos fundamentales.

Por otra parte, NEOS quiere poner en valor y apoyar, especialmente en estos momentos tan complicados, a cuantos dedican buena parte de su vida a defender la vida de todos, también la de los más débiles: aquellos que van a nacer y no cuentan con voz ni voto.

En este sentido, tal y como ha subrayado Luis Peral, la labor que realizan, entre otros, los rescatadores es encomiable, no solo rezando ante las clínicas e informando con verdad y salvando vidas, también acompañando a todas esas mujeres que tras haber abortado se encuentran solas y sin ningún seguimiento posterior por parte de quienes se lucran practicando los abortos. Según Peral, “el Gobierno parece ignorar cuestiones como la realidad del síndrome post-aborto, el acoso laboral por embarazo o maternidad que sufren tantas mujeres o los métodos que se utilizan para interrumpir el embarazo en gestaciones avanzadas, los cuales producen un sufrimiento fetal incompatible con la prohibición de la tortura y de los tratos inhumanos y degradantes recogidas en los tratados internacionales sobre Derechos Humanos”. Peral concluye afirmando que “nuestros hijos verán en un futuro cómo, aquellos que hoy apoyan el aborto, ponen excusas y buscan coartadas para justificarlo”.