Comenzamos esta crónica semanal sobre cristianos perseguidos en Irán, donde recientemente, Homayoun Zhave, un enfermo de Parkinson en estado avanzado de 63 años, y su esposa Sara Ahmadi fueron encarcelados por las autoridades por su fe en Cristo, recoge Aciprensa. Los esposos son persas y nacieron siendo musulmanes, pero decidieron convertirse al cristianismo.

La Comisión de los Estados Unidos para la Libertad Religiosa Internacional (USCIRF) reportó que el pasado 13 de agosto, Zhave fue enviado junto a su esposa Ahmadi y otros dos cristianos a la prisión de Elvin, por practicar su fe cristiana en un domicilio.

En noviembre de 2020, Zhaveh fue condenado a dos años de prisión, acusado de pertenecer a “organizaciones que tienen como objetivo perturbar la seguridad nacional”. En diciembre se confirmó su sentencia y, al poco tiempo, la Corte rechazó su apelación para un nuevo juicio. Actualmente, Sara tiene una condena en prisión de ocho años y Zhaveh, de dos años.

Además de ellos, las autoridades iraníes encarcelaron a Joseph Shahbazian, de 58 años, un cristiano armenio que ahora cumple una condena de 10 años, y a Malihe Nazari, una mujer persa cristiana que también nació en un hogar musulmán y que fue condenada a 6 años de prisión.

El número de cristianos que suelen ser encarcelados por su fe en Irán está en creciente aumento. Asia News precisó que en los primeros 6 meses de 2022, las autoridades arrestaron a 58 personas y dictaron 25 condenas, frente a las 15 de 2021.

Tenían que orinar y defecar en la cabaña. “Olíamos a muerto y la cabaña olía como un depósito de cadáveres”, cuenta el sacerdote

Nos vamos ahora a Nigeria, donde uno de los objetivos, cada vez más preferentes para los pastores musulmanes fulani, es el clero.

Durante más de un mes, en la primavera de 2021, el P. Bako Francis Awesuh, de 37 años, sacerdote de la parroquia de San Juan Pablo II en Gadanaji, Kaduna, permaneció secuestrado por pastores musulmanes fulani, que son responsables de ataques mortales contra campesinos cristianos en el Cinturón Medio de Nigeria, informa ACN.

Pasaron un mes y cinco días en el monte. No se les permitió bañarse durante todo su cautiverio, y tenían que orinar y defecar en la cabaña. “Olíamos a muerto y la cabaña olía como un depósito de cadáveres”, cuenta el sacerdote.

Les torturaron y amenazaron de muerte si no se pagaba por ellos un rescate de 50 millones de nairas (unos 109.000 euros), así se lo hicieron saber a sus familias. Las familias suplicaron y negociaron con los secuestradores, hasta que finalmente aceptaron la suma de 7 millones de nairas (15.200 euros).

Finalmente, las familias de los secuestrados lograron pagar el rescate y, gracias a Dios, fueron liberados con vida. “Yo me libré por poco de la muerte, pues sé de muchos sacerdotes secuestrados, antes y después de mí, que fueron asesinados incluso después de que se pagara el rescate por ellos”, cuenta el sacerdote.

A raíz de todo ello, el P. Bako quedó traumatizado, recibió tratamiento, también pasó algún tiempo en el hospital. “Hoy, sigo escondido por razones de seguridad y para recuperarme totalmente. El amor que he recibido por parte de mi familia, mis amigos y, sobre todo, de la Iglesia, ha sido enorme”. “Los ataques de los fulani se han vuelto muy habituales en el estado de Kaduna. Por eso ruego a la comunidad internacional que, por favor, acuda a nuestro rescate”, concluye.

El empresario musulmán agrícola -y policía- decidió tomar represalias contra el padre, según el principio de "trabajo vinculante", más conocido como "servidumbre por deudas

Y terminamos esta crónica semanal sobre cristianos perseguidos en Pakistán. La víctima es un hombre cristiano de 62 años, Boota Masih, asesinado brutalmente el 26 de agosto en Chak 226RB, un distrito de Faisalabad (Punjab). Desde julio, el hombre había sustituido a su hijo Sohail en un establecimiento ganadero, propiedad del musulmán Fakhar Cheema. El joven se había fugado repentinamente dejando sin pagar una parte del dinero que había recibido previamente de su empleador. El empresario agrícola -y policía- decidió tomar represalias contra el padre, según el principio de "trabajo vinculante", más conocido como "servidumbre por deudas”, informa Asia News.

Fakhar Cheema y Shaan Cheema obligaron al padre a trabajar en la finca agrícola, sometiéndolo a vejaciones y abusos durante semanas. El 23 de agosto, otros dos hijos del anciano cristiano, Rafaqat Masih y Ashfaq Masih, intentaron reunirse con su padre y llevarlo a casa, pero todo fue en vano. Los dos pudieron ver con sus propios ojos las condiciones de extremo sufrimiento físico y psicológico en las que se encontraba el hombre.

Afaqat y Ashfaq intentaron iniciar mediaciones con el empleador para lograr la liberación del padre, pero el empresario Fakhar Cheema se negó rotundamente, y profirió nuevas amenazas. Tres días después, los hijos recibieron una llamada telefónica de la comisaría de Saddar, informándoles de que el cadáver de su padre había sido encontrado cerca de la granja, en un estado descrito como "miserable" y abandonado durante más de 24 horas en un campo de cultivo. Cuando los dos hermanos reconocieron el cuerpo de su anciano progenitor, sufrieron "un verdadero shock", debido a las señales de violencia y maltrato que presentaba el cadáver en varios lugares.