En 2008, la violencia se cobró 101 vidas, más de 350 iglesias fueron destruidas, 7.500 casas quemadas...
En el año 2008, en la India, los católicos del estado de Odisha sufrieron una terrible represión por parte de los fundamentalistas hindúes que intentaban extinguir la presencia del cristianismo. Asesinatos, quema de edificios y hogares, violaciones públicas de mujeres cristianas que se cometieron en el distrito de Kandhamal (estado de Odisha) para obligar a los fieles de la Iglesia local a convertirse o irse, informa AIN.
Durante una reciente visita a la sede de Ayuda a la Iglesia Necesitada (ACN) en Köningstein, Alemania, el padre Ajay Kumar Singh, del Foro Odisha para la Acción Social, abogó por los cristianos reprimidos de ese estado. “Después de 10 años casi no hay justicia para estas comunidades”, exclamó indignado durante una entrevista el padre Singh.
El sacerdote católico aseguró que los ataques de 2008 fueron los peores que el país ha visto en los últimos 300 años. “La violencia se cobró 101 vidas. Más de 350 iglesias fueron destruidas, 7.500 casas quemadas y reducidos a cenizas, decenas de conventos. Además casas parroquiales, dispensarios y 13 organizaciones humanitarias también fueron atacadas y destrozadas. Los disturbios se extendieron a 450 aldeas sólo en el distrito de Kandhamal”.
¿Cuál es el estado de la comunidad cristiana en Odisha y en la India 10 años después?
Según la investigación del padre Singh, los ataques físicos y el acoso contra cristianos y otras minorías ha llegado a límites históricos en el país. Teniendo en cuenta además que hay muchos casos que no han sido contabilizados porque no han sido denunciados. En 2013 -el año antes del cambio de gobierno- se reportaron 147 casos mientras que en 2017 fueron 351.
En Nigeria, niñas cristianas son obligadas a casarse con musulmanes y a convertirse al islam
Rebecca Bitrus, una cristiana nigeriana que estuvo cautiva de los militantes islámicos de Boko Haram, quienes la golpearon salvajemente y la violaron durante sus dos años de cautiverio, alertó sobre la difícil situación de los cristianos en Nigeria, especialmente las mujeres y las niñas, que enfrentan una amenaza casi constante de secuestro, agresión sexual y matrimonio forzado, no solo de Boko Haram, sino también de otros grupos musulmanes, y de Nigeria. Los cristianos han pedido a su gobierno y a la comunidad internacional que comprendan su difícil situación y que los ayuden, recoge Infocatólica de LifeSiteNews.
La Rev. Dr. Soja Bewarang, presidenta de los Jefes Denominacionales de la Meseta y la Asociación Cristiana de Nigeria, escribió en una carta abierta al gobierno federal el 29 de junio diciendo que, «Observamos el secuestro continuo de niñas cristianas menores de edad por jóvenes musulmanes que las convierten forzadamente al islam y las toman para el matrimonio sin el consentimiento de sus padres ... Esto es aún más preocupante, ya que tales actos cuentan con el apoyo de varios clérigos y emires de alto nivel».
La situación en Nigeria ha ido empeorando constantemente durante los últimos meses, ya que los militantes musulmanes atacan a las comunidades cristianas agrarias casi con total impunidad, asesinando mujeres embarazadas, matando niños y violando niñas. Miles de cristianos han sido asesinados. El Dr. Soja Bewarang estima que más de 6.000 cristianos han sido asesinados hasta ahora, en su mayor parte por pastores musulmanes fulani armados con AK-47 e incluso espadas. El gobierno ha estado tratando de ignorar las dimensiones religiosas de estos ataques y, en su lugar, afirma que esto no es más que una guerra económica de los ganaderos sobre los agricultores, en lugar de musulmanes contra cristianos.
Los cristianos nigerianos han instado al gobierno a reconocer que lo que está ocurriendo equivale a un genocidio en curso, y que la caracterización oficial de las redadas actuales de los pastores fulani en las comunidades agrícolas cristianas no puede calificarse de «choque» cuando solo un lado se involucra en la violencia, mientras que el otro lado es victimizado perpetuamente por esta violencia. También han denunciado el arresto y la condena de jóvenes cristianos que defienden a sus comunidades de los ataques mientras los pastores fulani continúan sus incursiones violentas sin ser molestados ni arrestados por el gobierno, lo que señalan como evidencia de una conspiración del gobierno para ayudar a los fulani en sus ataques: el propio presidente Buahri, después de todo, es étnicamente fulani.
Egipto: inaugurado el museo de los ‘Mártires coptos de Libia’
En Egipto, el museo de los 21 mártires coptos de Libia asesinados por Daesh en 2015 ya cuenta con los ataúdes en los que fueron trasladados los cuerpos además de las esposas con las que ataron sus manos y sus uniformes naranja. El museo ha sido inaugurado recientemente en la catedral por el Obispo copto ortodoxo de Samalut, Anba Befnosios. Allí también se exponen como reliquia sus zapatos, algunas monedas que llevaban consigo, sus documentos de identidad y los cuadernos donde escribían las actividades laborales que realizaban diariamante, informa Fides.
Tras ser identificados los cuerpos por un análisis de ADN y dos meses que duró la repatriación de los restos de los mártires, por fin ya descansan en paz en el lugar donde nacieron.
Durante la inauguración los familiares expresaron la alegría de ver finalizado este proceso y tener este sitio del santuario museo donde se le rendirá homenaje a quienes nunca renunciaron a su fe y entregaron su vida por Cristo.
Los 21 coptos de Egipto, entre los que se encontraba Mathew Ayariga, su compañero de trabajo ghanés, fueron secuestrados en Libia a principios de enero de 2015 por los soldados de Daesh. Pero no fue hasta el 15 de febrero, cuando fue publicado el vídeo de su decapitación.
Sin embargo su muerte no quedó en aquella playa de Libia. Una semana después, los 21 mártires fueron inscritos en el Synaxariumel por decisión del patriarca copto ortodoxo Tawadros II. Su conmemoración es el 15 de febrero.
En septiembre de 2017 fueron hallados los restos mortales, incluyendo las cabezas desmembradas, en una fosa común en la costa de Libia. Estaban tal cual aparecían en el vídeo: con las manos atadas detrás de la espalda, vestidos con los mismos overoles anaranjados. Pero lo más importante fueron sus últimas palabras antes de morir: “Oh, mi Señor Jesús”, sellando así su martirio.