Dos familias han sido las detonantes del escándalo con su denuncia. Acudieron a clínicas de fertilidad para poder concebir a sus hijos, quienes posteriormente han sido diagnosticados con un cáncer vinculado a una mutación genética, según cuenta el medio británico The Guardian.

El problema estaría en un donante de esperma afectado por una inusual forma de cáncer. El hombre entre 2008 y 2015 donó material genético con el que podrían haber nacido 67 niños por todo el continente europeo. Según apunta el medio, diez de estos menores desarrollaron la enfermedad. 

El Banco Europeo de Esperma, proveedor del material biológico, reconoció que la mutación se encontraba en algunos espermatozoides del donante, en concreto sería una alteración en el gen TP53, conocida por su asociación con ciertos tipos de cáncer.

¿La excusa? Se aferran a que a que en 2008 no se conocía la relación de la variante rara con el cáncer y mediante exámenes estándar no se podía detectar, y eso que la Fecundación In Vitro es segura y estas cosas son imposible que pasen. 

La gravedad de lo ocurrido ha impulsado una investigación internacional en la que están participando equipos de genética y pediatría de distintos países europeos, se han realizado pruebas a 67 menos de 46 familias en ocho naciones, la mutación se encontró en 23 de ellos, de los cuales 10 fueron diagnosticados con cáncer, incluyendo leucemia y linfoma no Hodgkin.

La política del banco limita el uso del esperma de un donante a un máximo de 75 familias a nivel mundial, confirman que se superaron los 67 nacimientos, sin embargo, por lo que sea, han declinado revelar la cifra exacta de descendientes relacionados con el mismo donante.

“Necesitamos tener un límite europeo en el número de nacimientos o familias para un solo donante”, dijo la Dra. Edwige Kasper, bióloga del hospital universitario de Rouen en Francia, quien presentó el caso en la conferencia anual de la Sociedad Europea de Genética Humana en Milán.

"¿Es 67 el total? Es una muy buena pregunta que le hice al banco de esperma. No quisieron decirme el denominador de los nacimientos de este donante".

Desde Hispanidad hemos alertado en numerosas ocasiones de la creciente y peligrosa moda de los vientres de alquiler y la Fecundación In Vitro, que se venden como vida, y se ocultan los riesgos y los embriones que se quedan por el camino. Estas prácticas constituyen otro "avance progresista" que, como tantas otras iniciativas de vanguardia, supone un atentado contra la ley natural, es decir, una violación de la naturaleza. 

En este caso hablamos de la conocida como inseminación artificial heteróloga, es decir, en la que uno de los dos progenitores es donante, de semen o de óvulos. Ahí volvemos a caer, por un lado en la mercantilización del hombre y la mujer, y, por otro, en la falta de derechos del niño que nacerá, que tiene todo el derecho en conocer sus orígenes, a saber quién es su padre y su madre, y la carga genética que ello implica.