Seguimos sin saber cuál fue el origen del coronavirus. Poco a nada conocemos de ese virus que hizo que el mundo entero se parara durante más de un año y pese a no tener ni dea del Covid, mediante el miedo, se han llevado a cabo políticas que en condiciones normales nos parecerían impensables.

Ahora, que el Covid ha dejado de ser una alerta sanitaria, tampoco se aclara nada de la pandemia, y pocos son los que preguntan sobre su origen o sobre las consecuencias de la enfermedad o su vacuna.  

El último en hacerlo ha sido el eurodiputado croata Ivan Vilibor Sinčić el pasado 29 de agosto sobre el número de muertes "como consecuencia (efecto secundario) de recibir vacunas contra la covid". La Comisión Europea (CE) ha reconocido el fallecimiento "espontáneo" de 11.977 personas hasta el pasado 30 de septiembre tras recibir la vacuna contra la covid.

La respuesta ha llegado en una carta firmada por la comisaria de Sanidad, Stella Kyriakides, que basa el número en cifras recogidas por EudraVigilance, una base de datos de la Agencia Europea del Medicamento (EMA) que recopila "presuntos" efectos secundarios de medicamentos reportados por pacientes y profesionales sanitarios.

Pero ojo, en la misma misiva se aclara que en el número de muertes "como consecuencia (efecto secundario) de recibir vacunas contra la covid", no existe una relación causa-efecto clara. Es decir, fueron muertes "espontáneas" despues de la vacunación, pero sin relación directa con la vacuna, al menos, relación que sea demostrable. 

"El hecho de que estos acontecimientos se hayan observado tras el uso del medicamento no significa que hayan sido causados por éste. Pueden haber sido causados por condiciones médicas subyacentes del individuo, por otros medicamentos tomados en paralelo o debido a eventos completamente diferentes".

La respuesta parece no convencer a Sinčić, que ha remitido una nueva pregunta: "quién está exactamente a cargo de monitorear el impacto a largo plazo de la vacunación contra la covid-19 en la salud de los ciudadanos de la UE y cuáles son las calificaciones científicas y la experiencia de las personas y/o agencias, institutos o instituciones sanitarias a cargo de este monitoreo".

En el mismo sentido, el 13 de febrero de este año, la Asociación Liberum pidió acceso a la Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios, para conocer "cuantos reportes -acontecimientos adversos notificados- ES-AEMPS constan en las bases de datos de la AEMPS de cada uno de los lotes" administrados de la vacuna frente a la COVID-19 de Pfizer (Comirnaty) a fecha de 15 de febrero de 2023.

El resultado son 14 lotes analizados, en los que se notificaron 11.700 casos, de los cuales 2.329 se consideraron graves y en 199 de estos se notificó desenlace mortal.

En este caso, misma advertencia que en Bruselas: "Los datos que se presentan recogen las notificaciones recibidas en España de acontecimientos adversos ocurridos tras la vacunación frente a la COVID-19, y no se pueden considerar reacciones adversas debidas a la vacuna hasta que no se confirme una relación causal con su administración".