Una semana más, Hispanidad realiza una crónica recogiendo las últimas informaciones sobre la persecución -incluso genocidio- contra los cristianos, una realidad silenciada en muchos medios y en muchos gobiernos occidentales.

Empezamos esta semana en Burkina Faso donde, según el Informe de Ayuda a la Iglesia Necesitada (ACN) sobre libertad religiosa 2025, desde hace 10 años la violencia de los yihadistas de Al Qaeda y el Estado Islámico ha provocado más de 20.000 muertos y más de 2 millones de desplazados. 

Esta violencia también ha afectado a los cristianos, según ACN, porque líderes religiosos han sido asesinados o secuestrados y unas 30 iglesias se han visto obligadas a cerrar. 

En ese contexto, el pasado 6 de octubre, tres adolescentes pertenecientes a la parroquia de Djibasso fueron sacados de un autobús y ejecutados, informa ACN

Poco después, otras personas pertenecientes a la parroquia de Solenzo también fueron obligadas a bajar del autobús en el que viajaban y fueron, asimismo, ejecutadas: en total unas 15 víctimas, entre pasajeros y otras personas que pasaban por allí.  

Igualmente, el pasado 21 de septiembre, en la diócesis de Fada N’Gourma, un catequista fue ejecutado.

Nos vamos a Pakistán, donde, según el Informe de Ayuda a la Iglesia Necesitada (ACN) sobre libertad religiosa 2025, “la discriminación estructural persistente y la cultura de impunidad siguen socavando la libertad religiosa, lo que a menudo equivale a persecución. Es especialmente preocupante el aumento de las acusaciones de blasfemia, muchas de ellas aparentemente falsas y cada vez más vinculadas a las redes sociales, junto con los frecuentes actos de violencia colectiva que siguen a tales acusaciones. También es preocupante la ampliación de la legislación sobre blasfemia a través del proyecto de ley de modificación del Código Penal, que amplió el artículo 298.A del Código Penal de Pakistán reforzando un marco jurídico propenso al abuso”.

En ese contexto, la cristiana Shagufta Kausar fue condenada a muerte por supuesta blasfemia y pasó más de ocho años en prisión. 

“Fue persecución por mi fe. Había una multitud fuera de la comisaría que gritaba: ‘Muerte a Shagufta y Shafqat Emanuel’”, contó recientemente Shagufta en su testimonio durante la presentación del Informe sobre la libertad religiosa en el mundo en Roma, organizada por Ayuda a la Iglesia Necesitada (ACN). 

Durante su estancia en la cárcel le “ofrecieron la opción de ser liberada simplemente negando a Jesús. Pero yo dije que no, que Jesús había muerto en la cruz por mis pecados y que no renegaría de él”.

“Le pedí al Señor que me concediera seguir viva, porque quería volver a ver a mis hijos. Entonces tuve una visión. Vi la cruz y vi al Señor, y Él me sanó, y yo me incliné y alabé al Señor por la vida que me había dado”, contó durante su testimonio. 

Finalmente, tras un terremoto real, una campaña de firmas en Holanda y una resolución en el Parlamento Europeo instando a Pakistán a liberarla, finalmente fue puesta en libertad.  “Ahora estamos ocupados en defender a nuestros hermanos y hermanas que permanecen entre rejas, porque hay muchos que siguen sufriendo”.

Nuestro siguiente destino es China, donde la dictadura comunista sigue persiguiendo a los cristianos, a veces de manera más sutil y otras de forma más represiva. 

Recientemente el dictador comunista Xi Jinping exigió un control  todavía más férreo de las religiones: «Únicamente mediante la sinización continua de las religiones puede garantizarse la armonía y la estabilidad», recogió Infocatólica

El Partido Comunista chino usa el término «sinización» para referirse precisamente al conjunto de acciones destinadas a controlar las religiones en el país. 

Según el Informe de Ayuda a la Iglesia Necesitada (ACN) sobre libertad religiosa 2025, “bajo el actual liderazgo de Xi Jinping y el Partido Comunista Chino, las perspectivas para la libertad religiosa en China son muy sombrías. Los dirigentes actuales parecen decididos a restringir y controlar la libertad religiosa, y a perseguir a quienes tratan de practicar sus creencias religiosas fuera de las organizaciones religiosas controladas por el Estado o independientemente del PCCh. Es muy probable que continúe la represión de la libertad religiosa, que se ha intensificado en los últimos años”.