La fundación pontificia Ayuda a la Iglesia Necesitada (ACN) alertó que hay más de 15 millones de personas desplazadas en el mundo, cuya mayoría vive en África y sufre una cada vez mayor persecución religiosa a manos de extremistas islámicos. En un reciente comunicado, la fundación señaló que “más de 15 millones de personas se encuentran desplazadas” y que según su Informe de Libertad Religiosa en el Mundo publicado en abril de 2021, la mayoría procede de “12 países africanos”, identificados “como objeto de una persecución religiosa de grave a extrema”.

Según publica Aciprensa, en declaraciones a ACN, el presidente del Comité Editorial del Informe de Libertad Religiosa, Mark von Riedemann, precisó que “grupos religiosos de 26 países del mundo sufren niveles de persecución entre serios y extremos, y casi el 50% de ellos -12 países- pertenecen a África”.“Las consecuencias sociales, económicas, políticas y religiosas de este desplazamiento para África y para la comunidad internacional son considerables, y si no se toman medidas, lo peor está por llegar”, subrayó.

Destacó que si bien los desplazamientos se deben a muchos factores, es muy preocupante el gran “crecimiento de los grupos yihadistas locales y transnacionales, que persiguen sistemáticamente a todos aquellos -musulmanes y cristianos- que no aceptan su ideología islamista extrema”. Explicó que los yihadistas son en muchos casos “mercenarios” o combatientes de la zona que persiguen intereses locales y que al ser “incitados por predicadores extremistas y armados por grupos terroristas transnacionales, comienzan a atacar” a la población.

Si bien los desplazamientos se deben a muchos factores, es muy preocupante el gran “crecimiento de los grupos yihadistas locales y transnacionales, que persiguen sistemáticamente a todos aquellos -musulmanes y cristianos- que no aceptan su ideología islamista extrema”

Ellos atacan a “las autoridades estatales, al ejército y a la policía, así como a los civiles, incluidos los líderes de las aldeas, los maestros -que son amenazados por el plan de estudios laico- y los musulmanes moderados y cristianos”, dijo.

Señaló que la violencia es “inimaginable” y que es cada vez más “preocupante” la ferocidad de los constantes ataques y el aumento en “escala, alcance y complejidad” de la inseguridad en el continente, que obliga a poblaciones enteras a huir y convertirse en desplazados internos o refugiados en países vecinos.

Como ejemplo de todo lo anterior, el reciente secuestro del párroco de Ségué, el padre Léon Douyon, junto con otras cuatro personas en la diócesis de Mopti, en Malí, recientemente liberados tras 3 días de secuestro.

El gobernador de la región de Mopti, Abass Dembélé, indicó que las cinco personas fueron liberadas después de que el vehículo de los secuestradores se averiara no lejos de la frontera de Malí con Burkina Faso.

Dembélé señaló que los secuestradores “decidieron abandonar el vehículo en algún lugar de la selva” y resaltó que gracias a la mediación de autoridades de Dogon y Fulani se pudo acordar la liberación de los rehenes.

Malí ha experimentado un aumento de la violencia que involucra tanto a civiles como a militares. Desde 2012 los secuestros se han vuelto frecuentes en la nación de África occidental, con insurgentes que buscan obtener rescates o ejercer presión política. Los grupos yihadistas vinculados a Al-Qaeda y al Estado Islámico, y la violencia entre comunidades, han dejado miles de muertos y desplazados en Malí

Según Aciprensa, Malí ha experimentado un aumento de la violencia que involucra tanto a civiles como a militares. Desde 2012 los secuestros se han vuelto frecuentes en la nación de África occidental, con insurgentes que buscan obtener rescates o ejercer presión política. Los grupos yihadistas vinculados a Al-Qaeda y al Estado Islámico, y la violencia entre comunidades, han dejado miles de muertos y desplazados en Malí, violencia que se ha extendido a los vecinos Burkina Faso y Níger. La situación se complica aún más por la inestabilidad política en la nación de África occidental.