Pablo Casado-PP (Onda Cero): “A día de hoy consideramos que no podemos apoyar el estado de alarma”

En Onda Cero, el presidente del PP, Pablo Casado, ha dicho: “El estado de alarma prorrogado no tiene ningún sentido. A día de hoy consideramos que no podemos apoyar el estado de alarma". No obstante, Casado asegura que no dará su posición definitiva hasta que el Gobierno les comunique exactamente sus objetivos.

"Parece poco compatible que diga que se puede tomar un vermú" y, a la vez, haya "medidas de restricción de libertad". El estado de alarma, a su juicio, tenía sentido cuando las UCI iban a colapsar. "Las limitaciones de movilidad se pueden hacer" con otras leyes, ha incidido.

Casado asegura que desbordaba "desde el primer día" el ámbito constitucional porque limitaba en exceso derechos ciudadanos, y pide al Gobierno que cambie la legislación para garantizar el mando único sanitario y limitar la movilidad entre provincias.

Lo que escuché el sábado fue un chantaje a cuatro millones de españoles que están sin trabajar". Exige al Gobierno que desvincule las prestaciones por ERTE y la liquidez a las empresas del Estado de Alarma, y las relacione con el fin del plan de desescalada o durarán mientras la situación lo necesite.

Casado propone que la limitación de la movilidad se haga modificando leyes como la de Seguridad Ciudadana. "El Gobierno tiene que escuchar sin chantajes qué quiere hacer y con qué fórmulas jurídicas. La legalidad tiene varias sin tener que acudir a la excepcionalidad del Estado de Alarma", asegura.

"No tiene sentido hacer la desescalada sin hablar con las comunidades que tienen que llevarla a buen término. Tiene que haber mayor colaboración y una reactivación ya de la economía", explica el presidente del PP, y lamenta la "improvisación letal" del Ejecutivo. "O abrimos la economía o el Estado del Bienestar, no van a ser sostenibles".

"Hace falta un mapa de tests masivos para reabrir la economía sin que los españoles se contagien con los trabajadores". Casado especifica que su propuesta es hacer tests masivos "proporcionalmente entre la población" y no a toda la población.

"Hace falta previsión y respeto, porque el presidente del Gobierno le ha perdido el respeto a los españoles, y pretende hacer rehenes a los representantes democráticos. No se puede tolerar".

"Las limitaciones discrecionales de la libertad de los españoles ¿se explican a estas alturas?". "Necesitamos certidumbre, necesitamos un Gobierno que respete a los españoles. Si quiere plantear líneas de negociación, lo que tiene que hacer es informarnos".

"Escuché a Sánchez diciendo que no tiene plan B. Yo tengo el plan que le propuse el 9 de marzo, antes de que reconocieran la pandemia, cuando le dije 'ya está bien'. Me contestó cuatro días después diciendo que iba a tomar medidas. Ese plan era de choque económico. El plan B en las circunstancias actuales es tests masivos, protección a los trabajadores y medidas inmediatas en material social y económica".

"Pedimos tener las prestaciones con ERTE desde mañana mismo desvinculadas del Estado de Alarma y garantizadas, y la liquidez, y en materia de tests y de protección, que nos dejen de mentir y garanticen las pruebas a quienes lo necesiten para saber si las personas pueden salir sin contagiar a los demás".

Casado acusa a Sánchez de ampararse en el "chivo expiatorio de la UE", y vaticina que por esa vía España acabará como Grecia. "Hay que ser responsables y creíbles", asegura.

En RNE, Josep Sánchez Llibre, de Foment del Treball, ha opinado: “Afrontamos con mucha ilusión la desescalada, pero también con muchísimas reservas porque entendemos que no hubiera costado nada contar con los empresarios para crear estos nuevos protocolos". "Echamos en falta medidas que nos han prometido, pero que no han llegado, como la liquidez a través del aplazamiento de los impuestos. El Gobierno se ha quedado corto”. "Los empresarios reclamamos unidad política de todas las fuerzas parlamentarias con el Gobierno para intentar evitar el colapso económico". "Entendemos que es fundamental la vuelta a la actividad para la recuperación económica [...] si es necesaria o no la ampliación del estado de alarma es una decisión política”.

En Onda Cero, Fernando Ónega apuntaba: “Esa es una magnifica pregunta para don Pablo Casado, a quien tengo entendido que entrevistarás a las 9. Es más: es la pregunta. No hay otra cuando tres presidentes de autonomías del PP y los de Cataluña y el País Vasco se muestran contrarios a renovar el estado de alarma y el señor Sánchez dice que no hay plan B.

Dicho en términos de ultimátum, o alarma o vacío y el vacío no puede ser aceptado como alternativa. Hay juristas que sostienen que se pueden obtener los mismos efectos con la Ley General de Salud Pública, pero es comprensible que Pedro Sánchez no acepte esa humillación, porque humillación sería cambiar de hoja de ruta por rechazo de la oposición.

Y esa oposición tiene también sus obligaciones. No se trata solo de demostrar la debilidad del gobierno. Se trata de no dejar al país sin instrumentos legales frente a la crisis sanitaria. Se trata de que los ciudadanos tenemos derecho a saber qué se nos ofrece a cambio.

Derrotar al gobernante es una tarea del aspirante. Pero eso es así en tiempos de bonanza. Cuando está en juego una epidemia que ya costó 25.000 muertes y cuando se anuncia un desolador panorama económico y social, no basta con decir que el gobierno es un desastre, que quizá lo sea, sino qué se ofrece a cambio.

Tan mala es una defectuosa gestión de la crisis como la ausencia de alternativa. Y la alternativa hoy no es solo tener un buen candidato y un buen argumentario crítico, sino que nos diga a dónde nos quiere llevar”.

En Onda Cero, Carlos Alsina comentaba: “Veo que el departamento de bautizos de la Moncloa ha dado a luz un nuevo concepto. Cogobernanza, lo han llamado. Quieren decir gobernar a pachas. Bueno, quieren que parezca que es gobernar a pachas. En realidad consiste en que los gobiernos autonómicos informan al gobierno central de cómo van las cosas, el gobierno central decide y los gobiernos autonómicos ejecutan lo que se les mande. O sea, como hasta ahora.

· El debate de la semana es el estado de alarma. O en rigor, si el PP va de farol o de verdad se plantea intentar tumbarlo. La dirección del partido está en fase de tanteo. Feijóo es el más combativo. Y el más crítico con el plan de desescalada. Sánchez ya ha puesto en circulación el nuevo argumentario: prorrogar el estado de alarma es impepinable porque fuera de él no hay nada.

(…)

Al presidente lo que le corresponde es ganarse la voluntad de los grupos parlamentarios. Persuadirles y convencerles, no reeditar su argumentario de siempre. El esquema Sánchez para todo: o bendices lo que él decida, o estás bloqueando España. Qué fue de aquello del no es no”.

En Onda Cero, Rubén Amón planteaba sus preguntas: “Resolvedme una duda, ¿los españoles que han tomado las calles en chándal y zapatillas, salieron a correr o estaban aprovechando para escaparse definitivamente de casa?

Las franjas ha sido una pauta de hacinamiento, es verdad. ¿Pero cómo vamos a salir de la crisis sin un mero ejercicio de responsabilidad individual? Este fin de semana solo ha faltado.... una oración.

¿Y cómo le vamos a reprochar al Gobierno que nos trate como niños si luego nos comportamos como tales?

Hablando del Gobierno. Y de su presidente. Sánchez presiona a la oposición para que prorroguen el estado de alarma. Y dice que no hay plan B. La cuestión es: ¿acaso hay un plan A?

Aun así, ¿no sería temerario que el PP y Cs malograran la prórroga del alarma?

Si el PIB va caer diez puntos y el desempleo va alcanzar el 20%, ¿quién será el próximo presidente del Gobierno?

¿Tenéis ya claro lo que se puede y no se puede hacer hoy en el inicio de la fase cero? No hace falta que respondáis”.  

En la COPE, Pilar García de la Granja opinaba: “Qué bien que 50 días después ya podemos recuperar una cierta actividad. El país no puede estar parado sine die. Y con las cautelas debidas, es lo que hay que ir haciendo”. “No es posible que el PP sea un problema cuando gobierna y sea un problema también cuando está en la oposición”. “El PP tendrá que evaluar la situación y tomar una decisión y defenderla”. “La gente no es tonta, está viendo lo que está pasando y ya está bien de actuar con el qué dirán, tú tendrás que tener una posición y liderar tu posición”.

Antonio Naranjo apuntaba: “Llevo ya unos días que no entiendo el confinamiento extremo ni tampoco ahora el desconfinamiento sin haber hecho test primero. Tengo la sensación de que nos encerraron a todos sin saber cuántos estábamos contagiados y cuántos podíamos contagiar par intentar tapar el agujero que ellos generaron permitiendo un contagio masivo que en otros países contuvieron. Y ahora nos sueltan porque como ya ha pasado lo peor, en el fondo saben que esto está más contento de lo que nos dicen pero quieren jugar con nuestro miedo. Y entre medias de todo eso se arrastra la economía, la gente vive  atemorizada y no sabemos siquiera lo que nos puede pasar. Pero sí sabemos que si nos pasa algo va a ser o culpa de la gente por haberse portado mal o culpa de la oposición por no renovarles el estado de alarma”. 

En la COPE, el economista José María Gay de Liébana decía: “Usted, hombre ilustrado y bien informado, estará al tanto, dicen, de que la Real Academia Española se reúne de urgencia para decidir si nuestro abecedario compuesto actualmente de 27 letras, de la A a la Z, excluidos ya los dígrafos, es decir, la ch y ll, que no son letras, incluirá la incipiente palabreja que es la V asimétrica… Ya lo comentábamos el otro día, Don Carlos: lo asimétrico está de moda y penetramos en una nueva dimensión económica, la de la recuperación en V asimétrica que está por ver si será, con eso de tanta fase, un encuentro en la cuarta fase… 2020 será económicamente el año del cangrejo. Que nuestro PIB caiga el 9,2% significa que será de 1.119.552 millones de euros, cuando en 2020 fue de 1.245.331 millones. Desescalada, pues, de PIB, para seguir con la estilista retórica político-económica. Y si para 2021 se espera una remontada del 6,8% - lo de la V asimétrica -, el PIB alcanzaría 1.216.954 millones. Para entendernos: el PIB de 2020 nos hace retroceder a 2016 - ¡4 años atrás! – y el de 2021 nos devuelve a 2018. En 2020, Don Carlos, cae todo: el consumo privado (-8,8%), la inversión (-25,5%), las exportaciones (-27,1%), las importaciones (-27,1%), menos el consumo público que sube (+2,5%) de manera insuficiente para contrarrestar la hecatombe.

El golpe en el empleo será cruel: el paro, según presagia el Gobierno, será del 19% en 2020 y sin apenas redención en 2021 previéndose del 17,2%. En 2020, el déficit público (-10,34% s/PIB) sumará 115.671 millones de euros y la deuda pública escalará a 1.293.082 millones de euros (115,5%). Para 2021, la deuda se elevará a 1.400.714 millones (115,1% s/PIB). ¿Cuántas semanas faltan para que Europa nos eche un salvavidas? El escenario se enturbia a pasos agigantados”.