Cuando se cumple una semana del vil asesinato de Charlie Kirk a manos del izquierdista radical Tyler Robinson, Estados Unidos sigue conmocionado por lo ocurrido, y el presidente Donald Trump ha tomado la iniciativa a la hora de perseguir a los grupos de izquierda radical que han promovido el odio contra los trumpistas, cristianos y conservadores en estos últimos años, creando el caldo de cultivo perfecto para el asesinato de Kirk.
En un mensaje en la red social, Truth Social, Trump ha anunciado que declarará como organización terrorista al grupo de izquierda radical Antifa:
“Me complace informar a nuestros numerosos patriotas estadounidenses que designo a Antifa, un grupo enfermo, peligroso y de izquierda radical, como organización terrorista. También recomendaré encarecidamente que quienes financian a ANTIFA sean investigados a fondo, de acuerdo con los más altos estándares y prácticas legales. ¡Gracias por su atención a este asunto!”
Recordemos que el grupo Antifa es uno de los principales responsables de la inseguridad que sufre Estados Unidos, por cuanto el origen de la ola de crimen y violencia estuvo en las elecciones presidenciales de 2020, donde el movimiento marxista Black Lives Matter (BLM) y la propia Antifa, ejercieron de guerrilla callejera contra el entonces presidente Donald Trump, aupados bajo el manto del candidato presidencial del Partido Demócrata, Joe Biden, y de su formación política, que impulsó en el plano legislativo el movimiento “defund the police”, logrando que muchas de las principales ciudades del país con ejecutivo demócrata hayan adoptado medidas para eliminar la dotación y recursos de las fuerzas y cuerpos policiales.
La afirmación de Trump ha sido desarrollada por Stephen Miller, director adjunto de gabinete de la Casa Blanca, con el siguiente tenor: “Haremos lo que sea necesario para desmantelar las organizaciones de izquierda radical que fomentan disturbios e inspiran el terrorismo.”
El vicepresidente JD Vance, ha recordado que “no habrá unidad con aquellos celebran el asesinato de Kirk o con los grupos que los financiaron”.
El senador demócrata por Pensilvania, John Fetterman, uno de los escasos moderados que quedan en la formación de Barack Obama y Joe Biden, ha dado la razón al presidente Trump a la hora de responsabilizar del asesinato de Kirk a las campañas de demonización orquestadas por la izquierda radical contra los trumpistas afirmando: “No compares a nadie con Hitler, cuando lo hagas incitarás a alguien a "eliminarlos”.
Y aún más inquietante, el senador por Iowa y presidente del Comité Judicial del Senado, Chuck Grassley, durante una audiencia con el director del FBI, Kash Patel, ha recordado que la persecución contra Kirk vino de la propia Administración de Joe Biden y Kamala Harris, dado que "Turning Point USA", la organización fundada por Kirk, fue blanco del FBI durante la era Biden-Harris como parte de la operación "Arctic Frost", que evolucionó a la investigación del fiscal especial Jack Smith contra Trump.
Así, el director del FBI ha confirmado que la operación orquestada por el FBI en la era Biden, supuso una auténtica persecución política contra la oposición republicana, siendo señalados más de 92 objetivos, incluyendo grupos e individuos vinculados con el Partido Republicano. Y en esa lista negra de los progresistas se encontraba Turning Point USA.
Así, Patel ha confirmado que la operación Arctic Frost no sólo fue un caso para investigar políticamente a Trump, sino una herramienta para tratar de silenciar a todos los que apoyaban al republicano, no sólo en el plano político sino en la propia sociedad civil, como era el caso de Kirk.
La progresía mediática, que por supuesto ha tratado de minimizar lo ocurrido, se ha visto superada por la gravedad de los hechos, e influyentes líderes mediáticos han sido despedidos por haber celebrado la muerte de Kirk. Uno de los casos más significativos es el de Jimmy Kimmel, uno de los presentadores estrella de la cadena ABC, propiedad de Disney, que ha puesto fin a su programa, por reírse de la muerte de Charlie Kirk, tal y como hemos contado en Hispanidad.











