Como informó Hispanidad recientemente, en Sudán hay una guerra civil entre el Ejército gubernamental -Fuerzas Armadas Sudanesas (SAF, por sus siglas en inglés)- y las milicias árabes paramilitares, las llamadas ‘Fuerzas de Apoyo Rápido’ (RSF). 

El ejército sudanés está liderado por el general Abdel Fattah Al Burhan. Mientras que las RSF cumplen órdenes del general Mohamed Hamdan Dagalo, más conocido como Hemedti

En el trasfondo de la guerra hay tensiones étnicas. Pero también la lucha por recursos como petróleo, uranio, agua subterránea y, sobre todo, el oro. La guerra, principalmente, se desarrolla ahora en la región de Darfur del Norte, donde se ubica la ciudad de El Fasher.

El conflicto se inició en abril de 2023. Solo entre enero y octubre de este año la ONU ha contabilizado 1.850 civiles muertos en la región de Darfur del Norte, asediada por las RSF. 

En ese contexto, ambos bandos militares atacan y bombardean templos, refugios y escuelas cristianas porque, como destaca Puertas Abiertas, ambos bandos son islamistas por lo que hay una persecución deliberada contra los cristianos. 

Además, los grupos paramilitares cometen abusos sexuales con mujeres, especialmente con las cristianas, y se imponen matrimonios forzados con los soldados. “La amenaza del matrimonio forzado es devastadora para las familias cristianas. Las jóvenes son expuestas a esclavitud sexual y embarazos forzados”, afirma el colaborador de Fikiru B a esta ONG evangélica

Según Puertas Abiertas, los niños también son objeto de violencia y de violencia sexual.

Y en este terrible contexto se producen imágenes tan desgarradoras como la de este niño sudanés pidiendo clemencia para que no le hagan daño: