Entre las sombras de la caída del banco californiano, destaca la vinculación de ciertos politicos demócratas con la entidad financiera.

Es el caso de Gavin Newsom, gobernador de California y uno de los principales candidatos para suceder a Joe Biden como candidato presidencial, en el caso que decida no presentarse a los comicios del año que viene, o bien como candidato presidencial demócrata en el futuro. Nada más conocerse la quiebra del banco con sede en Santa Clara, el semanario Newsweek publicaba un artículo con la rúbrica “Los vínculos de Gavin Newsom con Silicon Valley Bank plantean interrogantes”.

Como refleja el semanario, los vínculos potenciales del Newsom con el SVB han sido cuestionados, después de revelarse los informes de donaciones que el banco hizo a una organización sin fines de lucro dirigida por su esposa.

Así, los registros públicos disponibles de la Comisión de Prácticas Políticas Justas de California (FPPC) muestran que SVB donó 100.000 dólares al California Partners Project, una ONG progresista cuyo fin principal es promover la igualdad de género, fundada por Jennifer Siebel Newsom, primera dama de California y esposa del gobernador Newsom. Entre los “hitos” de dicha organización, está la promoción de una ley de cuotas de género para los consejos de administración de las empresas de California.

Open the Books, un grupo en favor de la transparencia, ha llamado la atención sobre los vínculos entre SVB y Newsom, y ha indicado que fue el propio gobernador quien solicitó las donaciones al banco para la ONG de su esposa.

Y los vínculos entre el clan Newsom y el banco quebrado no acaban ahí: en la junta directiva de California Partners Project está John China, ejecutivo del banco quebrado, donde ocupaba el cargo de presidente de SVB Capital, siendo el responsable del negocio de gestión de fondos de SVB en capital riesgo.

En este punto, el diario New York Post ha puesto de manifiesto que el gobernador Newson ha ensalzado el plan del presidente Biden para proteger los depósitos de los clientes del banco quebrado, sin revelar sus propios vínculos con la entidad, que no solo se limitarían a las donaciones recibidas por la ONG de su esposa, sino que el propio gobernador es cliente del banco, como lo son también varias empresas de su propiedad.