Nuevo giro en la historia del hallazgo de la documentación clasificada de Joe Biden. La semana pasada, contábamos en Hispanidad que, a pesar de los intentos de la progresía mediática por minimizar lo ocurrido, la revelación de que el presidente Joe Biden supuestamente sacó documentos clasificados de la Casa Blanca cuando era vicepresidente, la misma acusación por la que la residencia de Trump fue asaltada por el FBI en verano, ha puesto contra las cuerdas a la Casa Blanca de Joe Biden y al propio Departamento de Justicia, por su doble vara de medir a la hora de lidiar ambos asuntos.

Pues bien, además de la especial gravedad por el probable encubrimiento por parte de la Administración Biden, dado que los documentos clasificados fueron encontrados seis días antes de las elecciones de mitad de mandato del pasado mes de noviembre, pero no se pusieron en conocimiento del Departamento de Justicia hasta este mes de enero, la nueva vuelta de tuerca de la historia tiene una vez más como protagonista a un viejo conocido de las sombras del clan Biden, Hunter Biden, el hijo del presidente.

Cuenta el Washington Examiner, que el hijo del presidente residía en la casa de su padre en Wilmington, en el Estado de Delaware, donde recientemente se encontraron documentos clasificados. Mientras estaba allí, durante uno de los peores episodios de su alcoholismo y adicción a las drogas, Hunter habría tenido al alcance de su mano la documentación clasificada del gobierno estadounidense, al mismo tiempo que se sospecha que recibía millones de dólares de un importante empresario chino conectado con el Partido Comunista Chino, como cuenta el autor Michael Shellenberger.

El empresario en cuestión era Patrick Ho, con amplios vínculos con la inteligencia militar china. Según los informes, él y Hunter entablaron una relación muy estrecha. Después de que Ho fuera arrestado a finales de 2017, la primera llamada telefónica que efectuó fue a James Biden, el hermano del presidente Biden, porque estaba buscando a Hunter.

Mientras residía en la casa de su padre en Wilmington, durante uno de los peores episodios de su alcoholismo y adicción a las drogas, Hunter habría tenido al alcance de su mano la documentación clasificada del gobierno estadounidense

Shellenberger matizó que, si bien no hay evidencia directa de que Hunter Biden haya entregado documentos clasificados a Ho o a cualquier otro funcionario chino, no puede descartarse la posibilidad de que así lo hiciere, dadas las sospechas de sus vínculos con el régimen comunista chino.

Una misma teoría a la que apunta Free Beacon, que ha publicado fotos de Hunter Biden en el célebre vehículo Corvette de su padre, que dio lugar a muchas chanzas por la comparencia de Biden de la semana pasada, como informamos en Hispanidad, que abonan la teoría de su acceso a la documentación clasificada.

Las fotografías datan del 2017, cuando los documentos clasificados podían haber estado en el garaje de Biden, y sugieren que el hijo del presidente podría haber tenido acceso al garaje de la casa del presidente Joe Biden donde se almacenaban documentos clasificados.

La cuestión de que el hijo del presidente pudiera acceder a la documentación clasificada no es baladí, de hecho, la oposición republicana ha apuntado durante mucho tiempo a Hunter Biden por algunos de sus negocios anteriores y acusaciones de tráfico de influencias. Actualmente está bajo investigación federal por sus impuestos y está a punto de enfrentar una nueva investigación iniciada por el Comité de Supervisión de la Cámara de Representantes de Estados Unidos.

Por su parte, el presidente Biden, al igual que la semana pasada, sigue sin dar explicaciones de lo ocurrido, y se limita a seguir señalando que “no sabe, y no quiere saber, qué había en los documentos clasificados”. Algo difícil de creer, dado que aparecieron en el garaje de su propia casa de Delaware, junto a su preciado Corvette.