El primer ministro de Israel, Benjamin Netanyahu ha nominado al presidente de Estados Unidos, Donald Trump, al Premio Nobel de la Paz por sus bombardeos sobre las instalaciones nucleares de Irán, que acabaron con el conflicto entre Teherán y Tel Aviv.

“Quiero presentarle, señor presidente, la carta que envié al comité del Premio Nobel. Es una nominación suya para el Premio de la Paz, que es bien merecido, y debería recibirlo”, ha dicho Netanyahu en su paso por la Casa Blanca: “Está construyendo la paz alrededor del mundo, ahora mismo, mientras hablamos”. 

Saben que Netanyahu no cuenta con toda nuestra simpatía, ha cometido errores, pero en este caso acierta. Tal y como analizó Ignacio Aguirre en Hispanidad, durante su primer mandato, Trump no inició ninguna guerra, y en este segundo mandato, tampoco. 

En los jardines de la Casa Blanca, bajo el mandato de Trump, se rubricaron los llamados “Acuerdos de Abraham”, que supusieron el establecimiento de relaciones diplomáticas entre Emiratos Árabes Unidos y Bahrein con el Estado de Israel. La cuestión no es baladí, ya que hasta ese momento, solo dos naciones de Oriente Medio, Egipto y Jordania, mantenían relaciones diplomáticas con el Estado hebreo. La firma de estos acuerdos de paz supusieron un antes y un después para alcanzar la ansiada paz en la zona, paz que duró bastante poco, puesto que ahora nos encontramos con una guerra abierta en Gaza, tras unos salvajes ataques de Hamas en Israel. Guerra que Biden no fue capaz de parar ni de mediar.

Otra guerra en la que Biden no hizo nada fue la de Ucrania, bajo el mandato de Trump, las relaciones con el Kremlin mejoraron considerablemente, "normalizando" las relaciones bilaterales y con vínculos "fuertes y duraderos”. Sin embargo, Putin conquistó Crimea durante la presidencia de Barack Obama y la vicepresidencia de Joe Biden, y con Biden en el Despacho Oval, dio el paso para el control del resto de Ucrania. Sin embargo es Trump quien ha iniciado las negociaciones de paz y ha puesto en su sitio tanto al ucraniano, como al ruso.

El propio Trump confesó que Putin le había ofrecido ayuda con Irán, a lo que el Presidente de Estados Unidos respondió básicamente que se metiera en sus asustos, que son muchos: "Vladimír (Putin) me llamó y me dijo: '¿Puedo ayudarte con Irán?'. Le dije: 'No, no necesito ayuda con Irán, necesito ayuda contigo'.

Y no podemos olvidar que, con Biden en la presidencia, Estados Unidos abandonó Afganistán, con el consecuente regreso al poder de los fanáticos talibanes, que han convertido de nuevo la nación en un baluarte del islamismo radical.

Además, como hemos mencionado, Trump fue el primer presidente estadounidense en décadas que no inició ningún conflicto armado. En comparativa con la historia reciente tenemos a George Bush padre con la invasión de Panamá y Guerra del Golfo, Bill Clinton con su intervención en Haití y en la Guerra de Kosovo, George Bush hijo con las guerras de Afganistán e Irak y Barack Obama con su apoyo a las mal denominadas primaveras árabes, incendió la región y convirtió en Estados fallidos a naciones estables y/o pacíficas tales como Libia o Túnez. Por no hablar, de su desastroso apoyo a la oposición islamista en Siria y a los Hermanos Musulmanes en Egipto, un grupo islamista radical, que tuvo que ser expulsado del poder mediante un golpe militar.