En Colombia un muchacho de 15 años -retengan ese dato- deja herido de muerte al senador y candidato presidencial de derechas, Miguel Uribe Turbay, de 39 años, casi joven de exitosa carrera, hijo de una asesinada tras su secuestro por el narcotraficante Pablo Escolar, de nombre Diana Turbay, y nieto del presidente colombiano en 1978, Julio César Turbay Ayala.

 

Naturalmente desde el minuto uno, uno de los personajes más nefastos de la Hispanidad actual, el actual presidente colombiano, Gustavo Petro, sinuoso y peligroso, condenó el atentado y puso al Estado contra los autores intelectuales del atentado: me temo lo peor.

Petro, uno de los guerrilleros más crueles que haya existido en Colombia, tierra de crueldad máxima, fue recibido en España como un héroe por Pedro Sánchez, quien no ha dejado de aplaudir su trayectoria homicida en Colombia, El tiroteado Uribe, ahora en un clínica en estado muy grave, era su principal adversario de cara a las próximas elecciones pero, no lo duden, el acabará con sus asesinos, probablemente, con el sicario quinceañero, probablemente de un tiro en la nuca, antes de que hable demasiado, aunque, a juzgar por sus declaraciones, defendiendo a "un niño", no lo parezca.

 

La Hispanidad está al borde del abismo... otra vez. Al tiempo, el argentino Javier Milei, un liberal que ha puesto a Argentina a trabajar con notable éxito, aprovechó su estancia para faltar a la hospitalidad diplomática y calificar a Sánchez como el "bandido local", a fuer del grito, mucho más pertinente, de "muerte al socialismo". Le apoyaba Isabel Díaz Ayuso, no así Núñez Feijóo.

 

 

Quede claro que Milei no tiene ningún derecho a venir a Madrid a insultar a Pedro Sánchez: no se apure, ya echaremos los españoles, antes o después, a este cáncer de España. Otra cosa es que. en materia económica, que no moral, Milei ha propuesto el dedo en la llaga.

Pero lo que quiero decir es que la Madre Patria de Hispanoamérica, España, no sólo ha dejado de ser el modelo histórico que fue para toda la hispanidad, sino que ha pasado de redentora a redimida y, en cualquier caso, de madre a madrastra, en la que nadie se quiere mirar y de la que nadie puede esperar nada.

Pero hay más razones por las que la Hispanidad se encuentra en ebullición y al borde del abismo, además de la causa permanente de su descristianización, porque sin Cristo, la hispanidad se convierte en una entelequia. El casi asesinato de senador Uribe ha sido el detonante, en un país clave del subcontinente, pero llueve sobre mojado, particularmente si nos fijamos en los dos países más poblados del mundo iberoamericano.

Por un lado, en Brasil, donde el vengativo Lula da Silva se ha radicalizado y ahora pretende convertir la democracia brasileña en una farsa, acabando físicamente, todavía no piensa en fusilarle pero sí en meterle en la cárcel, al personaje que le arrebató el poder, el ex presidente Jair Bolsonaro. Mientras, capitanea los BRICS, grupos anti-occidentales donde siempre podrá figurar pero no mandar, dado que se lo impedirían Rusia, China e India.

Mientas en el segundo país más poblado de toda Iberoamérica, en México, la indigenista Sheinbaum recrea a Moctezuma. Ahora mismo, entre los países que no están en guerra abierta, México es el Estado más violento del mundo, pero con su inacción, y con sus estupideces indigenistas, Sheinbaum está resucitando a Moctezuma, otro pacifista, aquel emperador azteca, especialista en arrancarles el corazón en vida a sus víctimas y luego comérselas.

Y es que el fatalismo indigenista, como el fatalismo ecologista, siempre lleva a lo mismo. Lógico: la persona poco importa, lo que importa es el planeta, o el orden cósmico, o la purificación por el fuego y el cuchillo...

Andrés Manuel López Obrador (AMLO) era un pobre necio que no sabía lo que hacía. Claudia Seinbaum es mucho peor porque sabe perfectamente lo que hace y porque le convine el clima de violencia total en que se ha sumido México. Es más, ese clime le sienta bien a Doña Claudia, como la impunidad a Lula o el cinismo a Petro.

En todas las crisis hispanas, América siempre ha mirado a la madre patria en busca de soluciones regenerativas.

Así ocurrió durante más de tres siglos. El problema es que ahora es que, en el siglo XXI, es España la que debe regenerarse primero, y luego mirar hacia Hispanoamérica y Filipinas, que siempre han constituido su principal destino histórico. Un destino providencial, pero destino a fin de cuentas.

Tras el asesinato de Uribe en Colombia pueden suceder dos cosas: o que se acentúe la degeneración hispana o que caigamos en la cuenta de que la regeneración del mundo hispano es, además de importante, urgente. Sírvanse escoger.

Lo que está claro es que el atentado contra Miguel Uribe no nos es ajeno a los españoles y trasciende, con mucho, las fronteras colombianas.

Pero tranquilos, muchachos, Petro 'el Cacas' está firme en su puesto.

La Hispanidad debe volver a Cristo, del que surgió con Isabel la Católica. De otra forma, prepárense para un estallido violento y continuado.