Tara Reade, la silenciada denunciante de acoso sexual de Joe Biden: “Nada ha cambiado. La poderosa élite del Partido Demócrata sigue permitiendo estos comportamientos propios de depredadores e incluso los recompensa”.

Chris Cuomo, hermano y presentador estrella de la CNN: “Obviamente estoy al tanto de lo ocurrido con mi hermano, pero no voy a informar sobre ello porque es mi hermano”.

Sigue el calvario del otrora héroe progresista, el gobernador de Nueva York, Andrew Cuomo, quien, tras el escándalo de haber ocultado más de la mitad de muertos en las residencias de su Estado, como ya contamos, ahora está en el punto de mira por diversas acusaciones de acoso sexual.

Cuomo es uno de los líderes más relevantes del Partido Demócrata de los últimos años y siempre ha estado en las quinielas como futuro candidato a presidente de Estados Unidos. De hecho, su “gran gestión de la pandemia” que fue vendida por la progresía mediática le valió el ser considerado como candidato a vicepresidente con Joe Biden, cuestión que no se verificó dada la presión extrema que ejercieron los sectores feministas del partido para que eligiese a una mujer.

Está claro que en el caso de Kamala el tacticismo político está siempre por encima de sus convicciones, ya que debe recordarse que antes de ser candidata a vicepresidenta de Joe Biden, calificó a su jefe de filas y ahora presidente como “racista” y “acosador sexual”

Nacido en la ciudad de Nueva York hace 63 años, Andrew Cuomo pertenece a una de las grandes familias de la aristocracia política del Partido Demócrata. Hijo del también gobernador de Nueva York Mario Cuomo, estuvo casado en primeras nupcias con Kerry Kennedy, hija de Robert Kennedy y sobrina del difunto presidente JFK. Su matrimonio fue uno de los más relevantes a nivel institucional, dado que suponía la unión de dos grandes dinastías políticas estadounidenses caracterizadas por su catolicismo progresista, hasta su divorcio en 2005. En ese mismo año, Cuomo comenzó una nueva relación con la célebre chef y presentadora de televisión Sandra Lee, que terminó en 2019. Su larga ascendencia familiar le valió para convertirse con apenas 39 años en miembro del gabinete del presidente demócrata Bill Clinton, asumiendo el cargo de secretario de Vivienda y Desarrollo Urbano. Tras su paso por la Administración Clinton, se convirtió primero en Fiscal General en Nueva York y con posterioridad en 2011, en gobernador de Nueva York, cargo que ocupa en la actualidad. Si bien siempre se ha caracterizado por un estilo bronco, amenazador y propio del matonismo político, la ideología sectaria que defiende le ha valido para ser uno de los favoritos de la progresía mediática. Su gran momento político se produjo durante la pandemia, cuando la progresía le ensalzó como el gran gestor del Covid-19 frente a Donald Trump. Sin embargo, su estrella empezó a desvanecerse este mes, cuando salió a la luz el escándalo de que había manipulado las cifras oficiales de muertos por Covid, escondiendo más de la mitad de muertos en las residencias de Nueva York. A ello se han unido las acusaciones de acoso sexual de dos integrantes de su equipo: Charlotte Bennet y Lindsey Boylan, las cuáles han denunciado que el gobernador les formulaba preguntas inapropiadas sobre sus preferencias sexuales, y en el caso de Boylan, llegó a preguntarle si le gustaba el “strip poker”. A estas dos acusaciones, se une la de Anna Ruch, que perteneció a la Administración Obama, quien ha denunciado que Cuomo le acosó en una boda en 2019.

La unión de los acontecimientos ha llevado a algunos legisladores estatales a solicitar la renuncia de Cuomo. A ellos se ha unido su eterno rival político, el alcalde de Nueva York, Bill de Blasio, también demócrata y con quien Cuomo ha protagonizado duros rifirrafes en los últimos años, quién ha señalado que el “comportamiento de Cuomo es inapropiado y que nadie actúa así”. No contento con eso le ha acusado veladamente de ser un matón político.

Ciertamente singular ha sido la respuesta al escándalo de su hermano Chris Cuomo, presentador estrella de la cadena CNN, el buque insignia de la progresía informativa, quien durante años se ha caracterizado por promover la carrera política de su hermano a través de sus crónicas y entrevistas, en las cuáles ambos bromeaban siempre sobre su condición fraternal. Sin embargo, ahora estando su hermano en horas bajas ha sorprendido a propios y extraños afirmando que “Obviamente estoy al tanto de lo ocurrido con mi hermano, pero no voy a informar sobre ello porque es mi hermano”.

Ante las graves acusaciones contra Cuomo, sorprende el silencio de la vicepresidenta de Estados Unidos, Kamala Harris, quien en su época como senadora por California fue una de las principales abanderadas políticas del movimiento #metoo. Está claro que en el caso de Kamala el tacticismo político está siempre por encima de sus convicciones, ya que debe recordarse que antes de ser candidata a vicepresidenta de Joe Biden, calificó a su jefe de filas y ahora presidente como “racista” y “acosador sexual”. Lo cual no le impidió, sin embargo, aceptar a posteriori ser su compañera de ticket electoral, lo que le ha llevado a la vicepresidencia.

Pero no sólo Kamala, sino también Joe Biden guarda silencio ante las acusaciones de acoso sexual contra Cuomo, quien ha sido uno de sus grandes aliados políticos. No es casualidad, Biden recibió acusaciones de acoso sexual en el pasado, las cuáles fueron objeto de censura mediática. Sobre este punto, cabe destacar que, tras conocerse las acusaciones contra Cuomo, Tara Reade, quien acusara al ahora presidente Biden de acoso sexual y cuyo caso fue silenciado por los medios de comunicación, ha afirmado que: “Nada ha cambiado. La poderosa élite del Partido Demócrata sigue permitiendo estos comportamientos propios de depredadores e incluso los recompensa”.

De nuevo nos encontramos en la misma encrucijada, ¿dejará caer el progresismo a Cuomo o le protegerá como a Biden?