Conseguidos los tanques Leopard -por cierto, ¿son tan decisivos?- ahora resulta que el presidente ucraniano, Volodímir Zelensky, solicita a Occidente aviones de combate. Para ser exactos, quien lo ha pedido ha sido el ministro de Defensa de Ucrania, Oleksei Reznikov.

Hasta ahora los cielos de Ucrania han sido predio de misiles, pero los cazas han sido relegados. Si entran en juego los bombardeos aéreos tripulados, mucho me temo que la guerra de Ucrania dará un salto peligroso... a más, no a menos, sobre todo en daños contra la población civil.

Para Occidente es muy cómodo que los ucranianos aporten los muertos en la contención de Rusia. Es más, en Estados Unidos y en Europa se respira un tono triunfalista, a fuer de filantrópico (¡Dios nos libre de los filántropos!), o sea, en tono José Borrell: ¡Qué buena es Europa, que apoya a Ucrania con armas frente al pérfido Putin y sin una sola baja! En Europa, claro, que no en Ucrania. Es la contención de Rusia en casa ajena. Insisto: sin una sola baja.

En el entretanto, el Kremlin advierte: nos aproximamos a una guerra nuclear (Dmitri Medvédev). ¿Es posible? Sí es posible, en el caso de que Occidente, con la vida de los ucranianos, juegue a una victoria definitiva contra Rusia, que es a lo que juegan, por ejemplo, el precitado Borrell y Joe Biden, empeñado en que el mundo siga dirigido por un anciano senil.

¿Hay alternativa? claro. Por una parte, hay que salvar a los ucranianos, sí, pero también hay que atraerse a Putin hacia Occidente, no alejarlo de Europa, sino integrarlo. Con discursos simplones como el de Pedro Sánchez sobre el malvado Putin, no se va a conseguir. Insisto: Rusia es Occidente, no hay que dejar que se eche en manos de Pekín, que jamás será Occidente y es que sigue siendo la mayor tiranía del mundo, ahora con el modelo más perverso de todos: un país, dos sistemas. Es decir, régimen comunista y economía capitalista de Estado.

Recuerden: Putin es cristiano. Seguramente un pésimo cristiano, pero Xi Jinping es mucho peor: no tiene origen cristiano. Probablemente, ni lo entienda. Lo único que sabe el presidente chino del Cristianismo es que todo lo cristiano es su enemigo y debe destruirlo.