Ucrania. El triunfalismo occidental es muy peligroso
Joe Biden ha descubierto la guerra sin muertos. Sin muertos estadounidenses, claro está. Los que mueren son los ucranianos, él sólo les facilita las armas con las que combaten a Putin. Digamos que 'Yayoyou' Biden no sufre el destrozo electoral que provocaría enviar soldados norteamericanos al frente cuando empezaran a regresar las bolsas negras con cadáveres norteamericanos. Por el momento, los ucranianos ponen la sangre mientras Biden consigue debilitar a su enemigo sin una sola pérdida y probando el armamento donde hay que probarlo, en el campo de batalla.
Al mismo tiempo, Estados Unidos debilita a uno de sus mayores enemigos. Putin es cruel y tiende a la autocracia, pero mucho peores que él son las tiranías orientales, panteístas o islámicas, en especial China e India... y a esas Occidente les respeta muchísimo.
No hemos sabido aprovechar el milagro de la Virgen de Fátima en la caída del comunismo ni el papel decisivo de San Juan Pablo II para, a través de Polonia, acabar con la tiranía más peligrosa de toda la era moderna
Además, Rusia cree en algo, mientras que China o India, así como cada día más Occidente, no creen en nada.
Naturalmente, 'Yayoyou' Biden y los congresistas y senadores demócratas aplaudieron a rabiar al presidente Zelenski durante su aparición estelar, a pesar de que Zelenski no está pensando en la paz y Biden, en el supuesto de que piense en algo, asegura que las cosas están muy bien tal y como están.
¿Hay peligro de guerra nuclear? Sí, lo hay
Ya nadie habla de firmar la paz. Es verdad que Ucrania ha sufrido mucho pero Norteamérica y Europa, que no han sufrido otra cosa que la crisis económica, deberían cambiar de actitud y atraer a Rusia hacia Occidente. Destruir Rusia no sólo puede llevarnos a una guerra nuclear global sino que, además, es confundir al enemigo.
Más que nada porque Rusia es Occidente y forma parte de la civilización cristiana. No hemos sabido aprovechar el milagro de la Virgen de Fátima en la caída del comunismo ni el papel decisivo de San Juan Pablo II para, a través de Polonia, acabar con la tiranía más peligrosa de toda la era moderna.