Contábamos en Hispanidad la semana pasada, que tras la decisión del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, de enviar a la Guardia Nacional a Washington DC para combatir la crisis de crimen y delincuencia, la situación ha mejorado notablemente en la capital federal.
Ahora se ha conocido que el republicano plantea desplegar a la Guardia Nacional en la relevante ciudad de Chicago. La ciudad natal del Papa León XIV, conocida como la ciudad del viento, además de ser la tercera más poblada del país, sólo por detrás de Nueva York y Los Ángeles y es uno de los principales centros económicos del país. Cuenta con importantes iconos sociales y culturales como Navy Pier, el Instituto de Arte de Chicago o el Millenium Park. Sin embargo, en las últimas décadas, se ha ganado la inquietante fama de ser una de las ciudades más peligrosas de Estados Unidos.
No ha ayudado que su actual alcalde, Brandon Johnson, y su antecesora, Lori Lightfoot, ambos demócratas, pertenecieran al sector más radical y de izquierda del partido, habiendo patrocinado especialmente esta última durante su mandato numerosas iniciativas para eliminar la financiación de la policía. El caos fue que ni siquiera tuvo opciones para ser reelegida para un segundo mandato, tal y como contamos en Hispanidad.
El Estado de Illinois, con la ciudad de Chicago a la cabeza, es uno de los pocos feudos que le queda al Partido Demócrata en la decisiva región del Medio Oeste. La cuestión no es baladí, mismamente el expresidente Barack Obama antes de su elección, ocupó el cargo de senador federal por Illinois.
Pero, además, nuevamente el cálculo electoral para los demócratas prima más que la seguridad de los ciudadanos, y el actual gobernador de Illinois, JB Pritzker, también demócrata, está utilizando la oposición a la ley y orden del presidente Trump para tratar de cortejar a la cada vez más influyente ala de ultraizquierda del partido de cara a las presidenciales de 2028. Pritzker, paradigma del multimillonario progresista vinculado al Nuevo Orden Mundial (NOM), pertenece a la influyente familia Pritzker, dueña de la cadena de hoteles Hyatt.
Así, Pritzker en una comparencia conjunta con el alcalde de Chicago ha llegado a afirmar que “Trump despliega la Guardia Nacional de Texas para cometer actos de terror y crueldad en Chicago”. Ni corto ni perezoso, el máximo responsable del Estado de Illinois ha comparado a los militares estadounidenses con los criminales que asolan Chicago.
Y la actitud de Pritzker supone nuevamente hacer caso omiso a la realidad. El pasado fin de semana, coincidiendo con la festividad del Día del Trabajo, hubo 58 tiroteos en Chicago, con 8 víctimas mortales. Unas cifras que individualmente consideradas deberían ser una llamada de atención para los líderes demócratas que rechazan la intervención del ejecutivo federal.
Joe Scarborough, uno de los presentadores estrella de la cadena MSNBC, ha confrontado tales afirmaciones, y ha asegurado que “Pritzker debería hacer algo radical: llamar a Trump y decirle asociémonos para detener el crimen”.
Mientras tanto, y teniendo en cuenta el efectivo resultado que está teniendo el despliegue de la Guardia Nacional para combatir el crimen en la capital federal, los electores están respondiendo positivamente a la iniciativa del presidente Trump, y así una amplia mayoría del 54% del electorado, aprueba la política del republicano para combatir el crimen según un sondeo de Harvard Harris.












