
Es evidente el giro provida de Estados Unidos desde que Trump ocupa la Casa Blanca. Medidas provida, excarcelamiento de activistas acosados por Joe Biden y declaraciones y posicionamientos de primeros espadas de la Administración a favor de la vida.
En este giro provida, encontramos a Estados Unidos en plena campaña contra Planned Parenthood, la Administración Trump congelará las subvenciones al gigante abortero que no pasa por su mejor momento: dinero derrochado en financiar objetivos políticos y candidatos aborteros, sumado a las numerosas denuncias por fraude que acumula la red de abortorios. El cierre obligado de muchas clínicas gracias a las medidas provida y el corte de financiación de Medicaid con la llegada de Trump, suponen un panorama económico que se presenta muy negro.
Hace apenas unos meses los chicos de Planned Parenthood se vieron obligados a cerrar ocho de sus centros en Estados Unidos, cuatro en Iowa y cuatro en Minnesota, debido a nuevas leyes estatales restrictivas, la congelación de fondos federales por parte del Gobierno de Trump y la previsión de futuros recortes presupuestarios. A lo que se sumó el anuncio de su abortorio más grande, hablamos de que en sus días dorados este centro abortaba a 10.000 bebés al año, y otras clínicas más.
Esta complicada situación la confirma el informe publicado por la propia multinacional del aborto. El cierre de grifo de Trump habría conllevado el cierre de más de 70 de sus clínicas en solo un año. De acuerdo con el informe, más del 10% de las 600 sedes que tiene.
“A pesar de los incansables esfuerzos de Planned Parenthood por garantizar el acceso a una atención gratuita o de bajo costo, el daño a los pacientes es inevitable […] los centros de salud de Planned Parenthood en todo el país están siendo empujados al borde del abismo”, asegura la multinacional en su informe.
Alexis McGill Johnson, presidenta y directora ejecutiva de la Federación de Planificación Familiar de Estados Unidos y colaboradora del informe, ha calificado el fin de los fondos federales como "cruel" y ha asegurado que “están empujando aún más a los centros de salud de Planned Parenthood al borde de la quiebra”.











