The Washington Post publicó la información este lunes, que después se difundió en redes sociales y otros medios de comunicación. Diversas capturas de pantalla de los vídeos pornográficos en los que aparece la política de Virginia han inundado las redes sociales.

Susanna Gibson, candidata demócrata de Virginia a la Cámara de Delegados del estado protagonizó vídeos sexuales con su marido en una página web pornográfica. La candidata y autora de dichos vídeos pedía a sus espectadores dinero a cambio de realizar actos sexuales específicos.

Su equipo de campaña emitió un comunicado horas después de las filtraciones alegando que eran actos privados y denunció que compartir dichas imágenes era una violación de su privacidad. "Una invasión ilegal de mi privacidad diseñada para humillarme a mí y a mi familia", ha declarado la candidata demócrata en Virginia, que ha dejado en manos de sus abogados el caso. 

Esto nos recuerda, pero con un tratamiento muy distinto, cuando el expresidente Donald Trump fue imputado por sobornar a una prostituta con la que habría mantenido relaciones hace 20 años. Es decir, por pagar dinero a una mujer a cambio de sexo, no por cobrar por mantener relaciones. 

Entonces, Trump fue imputado por un fiscal de Nueva York, presuntamente demócrata, para investigar si presuntamente sobornó a la presunta prostituta, perdón actriz porno, Stephanie Clifford, conocida como Stormy Daniels, con la que presuntamente mantuvo relaciones no presuntas, sino sexuales, hace 20 años.

Esto nos recuerda, pero con un tratamiento muy distinto, cuando el expresidente Donald Trump fue imputado por sobornar a una prostituta con la que habría mantenido relaciones hace 20 años. Es decir, por pagar dinero a una mujer a cambio de sexo, no por cobrar por mantener relaciones

La porno aseguraba, no que Trump la violentara, sino que le pagó para que guardara silencio sobre sus relaciones. Y las preguntas son dos:

1.¿Las prostitutas ya no son discretas?

2.Tras prestarse a la denuncia, ¿Stephanie ha devuelto a Trump el dinero del presunto soborno?

El asunto resultaba cachondeable pero también peligroso. El muy católico y senil Joe Biden se comportaba, en beneficio propio, ciertamente, como el gran maestre del Nuevo Orden Mundial (NOM), cuyo lema podríamos resumir así "no importa lo que hagas, lo que importa es de parte de quién estás". Es decir, o con nosotros o contra nosotros.

Y el asunto también tenía su gracia porque lo que no soporta el NOM de Donald Trump, no es su carácter atrabiliario y un tanto excéntrico sino sus sólidos principios cristianos. Entendámonos, Trump es un mal cristiano, pero aplica principios cristianos, entre otros el derecho a la vida.