Los hechos ocurrieron en Atlanta (Georgia) el domingo y acabaron con unas 35 personas detenidas. Los 'pacíficos' manifestantes estaban allí para protestar contra lo que va a ser un Centro de Formación de Seguridad Pública, y es que consideran que afecta el medioambiente y a las minorías que viven en el entorno. Se ha podido saber que los muchachos de Antifa utilizaron fuegos artificiales y cócteles molotov para atacar a la policía y destruir equipos y maquinaria de construcción.

Tras las violentas actuaciones, que dejaron el centro de entrenamiento policial en llamas, las autoridades de Atlanta acusan de terrorismo a los detenidos. La representante republicana de Georgia, Marjorie Taylor Greene, aseguró que presentará una resolución declarando a Antifa un grupo terrorista: "Antifa son terroristas domésticos y voy a presentar mi resolución para declararlos oficialmente una organización terrorista el martes". 

En la misma línea, el gobernador de Georgia, Brian Kemp, afirmó: "No toleraremos el terrorismo doméstico en este estado", "Al tiempo que seguimos respetando la protesta pacífica seguiremos protegiendo a nuestras comunidades". "No descansaremos hasta que quienes usan la violencia y la intimidación con fines extremistas sean llevados a la justicia", añadió.

Por su lado, el jefe de la Policía de Atlanta, Darin Schierbaum, ha alertado: "Fue un ataque coordinado y criminal contra los agentes".

No se equivocan en Georgia. Como ya denunció Hispanidad, la crisis de criminalidad que asola EEUU tiene como protagonistas al movimiento marxista Black Lives Matter (BLM) y al grupo anarquista Antifa, que llenan de terror las calles de EEUU usando como excusa la muerte de George Floyd y con el visto bueno y el apoyo de Joe Biden, y de su formación política, así como de la progresía mediática.

Estos movimientos violentos cuentan con el respaldo institucional de los legisladores demócratas, quienes a través de las instituciones, impulsaron el movimiento “defund the police” (“retirar la financiación de la policía”) que ha logrado que, muchas de las principales ciudades del país con ejecutivo demócrata, hayan adoptado medidas para eliminar la dotación y recursos de las fuerzas y cuerpos policiales. Algo que está sumiendo EE.UU. en el caos. 

Tras la llegada de Biden a la Casa Blanca, estos fanáticos radicales se han convertido en los nuevos legisladores en la primera potencia mundial.