Bruselas se ha puesto del lado de Francia y contra España. Y es que ha reconocido el hidrógeno producido con energía nuclear (denominado hidrógeno rosa) como renovable, una calificación que nuestro país quería que sólo tuviera el producido con fotovoltaica y eólica (es decir, la ruina del hidrógeno verde).

Por ahora, el respaldo ha llegado en dos actos delegados publicados por la Comisión Europea, donde define bajo qué condiciones el hidrógeno, los combustibles a base de hidrógeno u otros vectores energéticos pueden considerarse como combustibles renovables de origen no biológico. Entre ellas, considera hidrógeno renovable el fabricado con un 90% de electricidad renovable y habla de hidrógeno bajo en carbono el procedente de fuentes no renovables que produzcan al menos 70 % menos emisiones de gases de efecto invernadero que el gas natural fósil a lo largo de todo su ciclo de vida”. Esto último da una gran oportunidad para el hidrógeno rosa, algo que tiene entre sus partidarios a Francia, Suecia y otros países europeos, pero no a España ni a Alemania. Además, Bruselas ha proporcionado una metodología para calcular las emisiones en la generación eléctrica.

El hecho de que Bruselas reconozca el hidrógeno rosa como renovable... y no sólo el verde también afectará al futuro tubo submarino H2Med que se construirá entre Barcelona y Marsella

Se trata de “un nuevo respaldo político de la Unión Europea a lo que dice la ciencia sobre la energía nuclear”, han señalado los expertos energéticos y divulgadores Alfredo García y Manuel Fernández Ordóñez en una entrevista en YouTube. Asimismo, va en consonancia con la inclusión de la nuclear en la taxonomía verde, que genera electricidad de forma estable y sin emitir CO2, por lo que es clave en la transición energética y el mejor complemento de las renovables de cara a garantizar el suministro. Sin embargo, el Gobierno Sánchez insiste en cerrar los siete reactores españoles entre 2027 y 2035, y los primeros cierres se incluyen en el Plan Nacional Integrado de Energía y Clima (PNIEC) que se revisa este año. La vicepresidenta ecológica, Teresa Ribera, se niega a revertir dicho cierre, que se incluía en el programa electoral del PSOE de 2019, pero que “es un suicidio”, como subraya García. Es más, Ribera dejará al próximo gobierno la ineludible prórroga de los reactores.

Claro que el hecho de que Bruselas reconozca el hidrógeno rosa como renovable... y no sólo el verde también afectará al futuro tubo submarino H2Med que se construirá entre Barcelona y Marsella. En un principio transportaría gas y después hidrógeno verde, como Sánchez ha vendido su ambición de ser un exportador de este al resto de Europa, pero su amigo Emmanuel Macron también podrá incluir hidrógeno rosa.