Estaba claro que las reformas que ha emprendido el nuevo presidente argentino Javier Milei para liberalizar la economía y acabar con el elefantiásico gasto del Estado  --una gran parte de él en forma de subvenciones, ayudas, prebendas-- iban a tener una contestación social, en las calles, porque está pisando muchos callos. Entre ellos, los de los sindicatos argentinos, también subvencionados, que van a ver recortados sus antiguos privilegios (por ejemplo, el de cobrar sin trabajar).

Por ello, ayer, en Buenos Aires y en otras ciudades argentinas tuvieron lugar concentraciones en contra de los recortes que va a ejecutar la 'motosierra' de Milei. 

La protesta fue convocada por el sindicato Confederación General del Trabajo (CGT), aunque participaron todos los sindicatos del país, bajo el lema 'La patria no se vende'. Pudieron verse carteles como: "No a la motosierra". Según CGT, participaron unas 500.000 personas en la capital y 1,5 millones en todo el país.  

Por el momento, el nuevo Ejecutivo liberal parece tomarse con calma estas protestas. De hecho, la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, declaró que el presidente "está tranquilo" y destacó que "la mayoría de argentinos está hoy trabajando". De hecho, Bullrich cifró en unas 40.000 las personas que habían participado en la marcha de Buenos Aires. 

Eso sí: los sindicatos advierten, en declaraciones a Infobae: “Fue una buena convocatoria, pero en la maratón esto recién son los primeros 50 metros”.