En la cárcel todos esperan al expresidente socialista, seis de los ocho condenados ya han entrado en prisión. Solo faltan Griñán y el exconsejero Agustín Barberá
El Tribunal Supremo confirmó su sentencia: los expresidentes de la Junta de Andalucía José Antonio Griñán y Manuel Chaves conocieron y permitieron la creación y el mantenimiento del "sistema fraudulento" de los ERE. Por lo que Griñán era condenado a seis años de cárcel, algo que el ex presidente de la Junta de Andalucía ha intentado evitar por todos los medios.
La Sección Primera de la Audiencia Provincial de Sevilla dictó un auto que lo confirmaba de manera clara, contra el que no cabía recurso, en el que desestimaba los recursos de súplica presentados por el socialista José Antonio Griñán. Por lo que en el plazo de diez días naturales Griñán debería ingresar voluntariamente en un centro penitenciario, el plazo finalizaba el 1 de enero.
Decíamos en Hispanidad que a Griñán se le acababa el tiempo y las opciones, pero que podría estar tranquilo, todo apunta a que será salvado por Sánchez en unos pocos días. Y es que ayer el Senado aprobó reforma del delito de malversación, por lo que Griñán puede beneficiarse: además, siempre le quedará el indulto.
Pero por si estas dos opciones no funcionaban y para evitar esa temida foto entrando en la cárcel en pleno año electoral, el abogado de Griñán alegaba que su cliente había sido diagnosticado con un cáncer de "alto riesgo", por lo que no puede entrar en prisión porque necesita tratamiento hospitalario de manera urgente para evitar su expansión.
Ahora falta que esta teoría la confirme el médico forense que ha entrevistado este martes al expresidente andaluz, el profesional del Instituto de Medicina Legal no ha tomado muestras de sangre ni ha realizado pruebas a Griñán, según ha podido conocer EFE por fuentes jucidiales. Tras dicha entrevista, el médico deberá emitir un informe sobre si el tratamiento de Griñán puede o no hacerse en la prisión.
En la cárcel todos esperan al expresidente socialista, seis de los ocho condenados ya han entrado en prisión. Solo faltan Griñán y el exconsejero Agustín Barberá. Gruñán quiere seguir los pasos de Barberá, el exviceconsejero de Empleo que se enfrentaba a siete años de prisión ha conseguido suspender su ingreso alegando una enfermedad grave.
Indulto, rebaja de penas por malversación o enfermedad, de una forma u otra, parece que Griñán se salvará de entrar en prisión.