La vicepresidenta segunda y ministra de Trabajo y Economía Social (todo ello en funciones), Yolanda Díaz, compareció ayer ante la comisión de Empleo y Asuntos Sociales de la Eurocámara, en Bruselas. 

En esa comparecencia, la eurodiputada de Vox, Margarita de la Pisa, le dijo cosas muy jugosas, que no le sentaron nada bien a Díaz, como por ejemplo que "el comunismo, línea política de su partido, ha demostrado y sigue demostrando generar miseria, falta de libertad y desesperación allí donde se aplica. En España ya ha dejado mella. Tenemos la tasa de desempleo juvenil más alta de toda la OCDE, 27%, el paro femenino doble al europeo. Este resultado muestra el fracaso de su línea política". "El salario medio de los españoles no para de caer". "La mejor política social es el empleo, pero en cambio se cierran empresas y con ellas todas las oportunidades laborales". 

Cuando le toca responder a esta intervención la vicepresidenta comunista se escuda en que "como no ha formulado ninguna cuestión, no debo de responderle, bien que lo siento, porque estaría encantada de hacerlo". 

La misma Yolanda Díaz que esta semana se entrevistaba en Bélgica con el fugitivo de la justicia española, Carles Puigdemont, por encargo del presidente Pedro Sánchez -una entrevista que podría ser constitutiva de delito contra el artículo 408 del Código Penal-, ayer volvió a saludar afectuosísimamente a otro prófugo de la justicia, Toni Comín, con el que encima habló... en castellano (en vez de usar las lenguas cooficiales que ella defiende imponer en el Congreso). 

Es decir, que durante su viaje a Bruselas, Díaz se ha dedicado a humillar al Estado español y a los jueces y fiscales -al reunirse y saludar a dos prófugos de la justicia española-, y ha hecho gala de una cierta arrogancia, al negarse a responder cuestiones incómodas formuladas por compatriotas suyos en el Parlamento Europeo.