Pedro e Irene presentan una enmienda conjunta
Que una verdulera como la ministra de Igualdad, Irene Montero, esté marcando la política española es como para asustarse. Lo más grave de 2022, un año que ya toca a su fin, en materia política, es la llamada autodeterminación de género, otro nombre estúpido para vendernos la última 'barbajada', mezcla de barbaridad y salvajada, de Podemos.
Y ahora, como siempre, se pondrá a la cabeza de la manifestación en la iniciativa política más grave de todo el año 2022: la ley Trans
Y no se engañen: Pedro Sánchez ya ha aceptado las tesis podemitas y en breve se convertirá en un fan de la autodeterminación de género y de la transexualidad.
Al presidente del Gobierno, le importa una bledo las consecuencias de la ley que su gobierno pone en marcha: le sirve para mantenerse un día más en Moncloa y punto. El resto le importa un pepino. Además, él es un especialista en hacer de 'su' necesidad, virtud... y de sus ambiciones personales, derechos sociales. En materia de principios, Sánchez es un vacío moral, de ahí su inexplicable triunfo en política, un personaje para quien las cosas son buenas o malas según le permitan mantenerse en el poder.
En materia de principios, Sánchez es un vacío moral, de ahí su inexplicable triunfo en política, un personaje para quien las cosas son buenas o malas según le permitan mantenerse en el poder
Mientras el PP continúa en su dos más dos son cinco. Ahora exige más garantías para el cambio de sexo. Pero no seas cretino, Feijóo: ni más condiciones ni historias. El que quiera cambiar de sexo que se corte los estos, al igual que el que quiera suicidarse que se tire por el balcón sin comprometer a toda la sociedad y, preferentemente, a los médicos: ¡Viva la libertad!
¿Y Vox? Pues me temo que algo parecido. En los momentos en que tiene que levantar la voz recordando lo casi evidente y muy plausible, que dos más dos son cuatro, Santiago Abascal entra en silencio doloso y omite el rechazo a la 'barbajada' de Irene Montero con argumentos de fondo y no con meros adjetivos. Todos sabemos quién es la ministra de Igualdad pero eso no basta.
Ley Trans: mal el PP, por confusión y cesión ante el progresismo; mal también Vox, por omisión. Y luego está la sociedad española actual, cuyas tragaderas resultan inconmensurables
El principal de esos argumentos, como siempre, antropológico, lógico y primario: el hombre no puede dar razón de su existencia (ni la mujer, doña Irene, tampoco la mujer): nadie nos ha pedido permiso para nacer, ni para nacer hombre o mujer, ni para nacer rico o pobre, alto o bajo, guapo o feo, listo o tonto: hemos sido nacidos, nos nacieron... y no nos pidieron permiso ni tan siquiera para que eligiéramos el lugar de nacimiento, un detalle éste que pone en solfa todos los nacionalismos o racismos.
Mal el PP por confusión y cesión ante el progresismo, mal Vox por omisión. Y luego está la sociedad española actual, cuyas tragaderas resultan inconmensurables.