El Consejo Europeo de Eslovenia ha vuelto a soltar la lengua a Pedro Sánchez, que se siente tan crecido como amenazado. Crecido porque su control sobre el Gobierno y sobre el PSOE es el propio de un déspota  que actúa sin oposición alguna. Pero, al mismo tiempo, un narciso de sus características tenía que volverse paranoico. Ha dejado demasiados muertos por el camino -Calvo, Ábalos, Laya, Redondo, en breve Ribera- para no sentir temor a la venganza o paranoia por todo tipo de prosecuciones contra su persona: por las reales y por las estimadas.

Veamos la situación política española del momento:

Lo principal: Sánchez manda mucho pero gobierna poco. La política del Gobierno es la de Podemos, como se ha visto con la Ley de de vivienda, que hoy jueves 7, aprobará el Gobierno.

En el PSOE, los caídos se reagrupan. Acusan a Sánchez de haberse rendido al decadente Podemos. Pero no tienen líder

Enfrente, en la oposición, se ha impuesto, me temo que temor falso (la verdad es que no me lo temo nada), el Pacto Casado-Ayuso, marcado por Aznar: el candidato es Pablo el estilo lo aporta Isabel. Estilo, e ideas, porque la reacción de Ayuso frente a la Ley de Vivienda fue mucho más rápido, mucho más constante y mucho en un tono mucho más alto, que la de Génoiva.

En el PSOE, los caídos se reagrupan. Acusan a Sánchez de haberse rendido al decadente Podemos. Pero no tienen líder. Al tiempo, Sánchez va de sobrado pero le obsesiona su imagen. Y así surge el ‘excusatio non petita” del presidente en Eslovenia: asegura que su ley de vivienda no atenta contra la propiedad privada. Claro que atenta, ya lo creo que atenta. Es una pieza podemita más, una demostración de que el socialismo no es más que envidia, en este caso envidia de quien tiene una casa en propiedad.

En la acera de enfrente, Miguel Ángel Rodríguez exige que Pablo Casado apoye explícitamente a Ayuso como presidenta del PP madrileño y éste se resiste. La tensión no ha concluido.

Excusatio non petita… Sánchez asegura que su ley de vivienda no atenta contra la propiedad privada

En Moncloa, el ministro Bolaños imita en protagonismo a Iván Redondo: ¡Cuidado Félix!, al déspota no le gusta más protagonismo que el suyo.

Pero lo más importante es que Sánchez manda cada día más y gobierna cada día menos, Podemos, en franca decadencia electoral, se está saliendo, sin embargo, con la suya. En el atentado contra los propietarios de viviendas, en que se ahonde en la España subvencionada -hoy, subvencionada, mañana ruinosa- y ahora se prepara una ley animalistas que equipara a los irracionales con el ser humano. Bueno más que equiparar, anteponer. Con la excepción de las ratas, que son muy asquerosas.

A los podemitas, y Sánchez acoge cualquier estupidez que se les ocurra, les ocurre lo mismo que a Tolstein, que se creía el hermano pequeño de Dios pero siempre estaba dispuesto a disputarle la primogenitura. Si están pensando en Yolanda Díaz no van desencaminados.