Sorprende de manera extraordinaria el empeño del Gobierno Sánchez por defender a la empresa china Huawei y los contratos firmados con ella que afectan a la seguridad nacional. Hablamos, entre otros, de las escuchas realizadas y almacenadas por la Policía Nacional a instancias judiciales, de la red del Ejército del Aire, de la Seguridad Social y del Ministerio de Transportes. Todos ellos mantienen contratos con Huawei.

Se trata, pues, de blanquear a la polémica multinacional, cuestionada tanto por EEUU como por Bruselas, y Moncloa -nos tiene acostumbrados- ha puesto en marcha su maquinaria propagandística. Este jueves, por ejemplo, en La Hora de la 1, de la camarada Silvia Intxaurrondo, pudimos escuchar que claro, que todo es una exageración del PP porque no se ha probado que los chinos estén espiando. ¡Sólo faltaba!

Otro argumento definitivo, utilizado previamente por el ministro Óscar López: sólo se ha contratado el aparato que almacena las escuchas, por lo que no existe riesgo alguno. ¿En serio? Que alguno de los más de 1.200 asesores de Moncloa le explique al Gobierno que en la actualidad todos los aparatos trabajan en red… aunque no estén conectados a la red. Y si no, que se lo pregunten a los altos directivos de empresas, obligados a dejar el móvil fuera de la sala cuando la reunión en cuestión lo requiere. Ni siquiera pueden llevarlos apagados.

Luego está el argumento -un pelín más elaborado- de que las reticencias hacia Huawei son sólo fruto de la guerra tecnológica entre EEUU y China, pero silencian que la Comisión Europea también ha alertado a España por sus contratos con Huawei.

¿Por qué esta empresa y no una europea, que las hay? Quien le ha puesto la alfombra roja a Huawei es José Luis Rodríguez Zapatero, ahora convertido en vicepresidente en la sombra de Pedro Sánchez y en el mandamás, también en la sombra, de la nueva Telefónica de Marc Murtra, cuya sede es conocida actualmente como ‘China Town’, como adelantó Hispanidad.

No sólo ZP, también la consultora Acento, del exministro socialista José Blanco, ha trabajado para la compañía, en Bruselas, tal y como ha denunciado el Partido Popular. Desde Génova han pedido las comparecencias de los ministros Marlaska, Robles, Albares y Bolaños, además de la del precitado José Blanco y la del secretario de Estado de Telecomunicaciones e Infraestructuras Digitales, Antonio Hernando, por ser, junto a su esposa, quien llevaba la cuenta de Huawei en Acento.

Todo este asunto huele muy mal y la campaña lanzada por Moncloa no está logrando disipar las dudas acerca de Huawei, una empresa china que depende de la dictadura comunista de Xi Jinping. Conviene recordarlo.