"Esta es la segunda gran reforma de la PAC desde 1992, una PAC que ya cuenta con 60 años" de vida. Comprendo que el ministro de Agricultura, sin duda el mejor ministro del Gobierno Sánchez, lo que lo que no es mucho decir, Luis Planas, se sienta orgulloso. Ha conseguido revisar la Política Agraria Común (PAC) en buenas condiciones para España.

Ahora bien, los árboles no deben impedirnos ver el bosque. La PAC provoca mucha hambre en el Tercer Mundo, exactamente igual que las leyes de granja norteamericanas (Farm Acts). Aseguran una renta al agricultor que acaba ganando lo mismo por producir menos. Y todo lo que produce constituye una barrera de entrada para el agricultor del mundo pobre, que no puede competir con esos precios subvencionados ni con los costes del transporte.

Las subvenciones agrícolas, como todas las subvenciones nacen para mantener el voto cautivo. Un ejemplo arquetípico de una economía donde lo que alguien gana, muchos lo pierden

Enhorabuena, Planas, pero cuidado: tu éxito es el fracaso de los productores hispanoamericanos y africanos.

Es este un tema olvidado. Por eso conviene recordar de vez en cuando que las Farm Acts y la PAC son dos instrumentos viciosos de Occidente para mantener las diferencias de riqueza en el mundo. Constituyen el mejor ejemplo global de economía subvencionada, tan querida por algunos gobiernos, por ejemplo el español, para mantener el voto cautivo. Un ejemplo típico de una economía donde lo que alguien gana, muchos lo pierden. Instrumentos viciosos de grandes proporciones: no olvidemos tampoco que más del 40% del presupuesto de la Unión Europea está dedicado a eso, a la política agraria común.

La PAC ha convertido a la clase campesina -lo digo con orgullo- en más vagos que antes y más pendientes de la burocracia que de la tierra

Me alegro por Luis Planas, el único ministro de Sánchez al que le gusta su trabajo, que siente el campo. Ha triunfado en la negociación de la PAC para España, pero el problema es la PAC que, encima, ha convertido a la clase campesina -lo digo con orgullo- en más vagos que antes y más pendientes de la burocracia que de la tierra.