Es como si Mariano Rajoy dijera que es la justicia quien tiene que dirimir el futuro de Luis Bárcenas: nada que ver con él. Es eso lo que hoy lunes, 30 de junio, ha dicho en Sevilla, el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, cuando en plena rueda de prensa por la reunión de la ONU-ONG , le han comunicado que Santos Cerdán ya iba camino de Soto del Real.
El juez del Tribunal Supremo decidió, tras interrogar al que fuera el número dos de Pedro Sánchez en el PSOE, Sánchez Cerdán, su hombre de máxima confianza, enviarlo a prisión incondicional. El juez le acusa de los delitos de organización para delinquir, cohecho y tráfico de influencias, por lo que el juez ha decidido lo que pocos esperaban: ha enviado directamente a prisión al que fue número del PSOE y principal colaborador de Pedro Sánchez, el mismo que firmó el acuerdo con Carlos Puigdemont para investir presidente a don Pedro.
Pero el presidente del Gobierno no dimite. Es más, ya tenía preparada la respuesta: yo ya he cumplido, he expulsado del PSOE a Santos, ahora es la justicia quien debe darle su merecido. Naturalmente, tenemos que creernos que él, jefe directo de José Luis Ábalos y Santos Cerdán ni sabía nada ni tiene responsabilidad alguna.
Los partidos que forman parte del Frente Popular que sostiene a Sánchez se llevaban las manos a la cabeza pero lo cierto es que saben que no pueden hacer otra cosa que apoyar al PSOE y a su número uno, rodeado de corrupción.
El socialista Emiliano García-Page, ha dado en el clavo: no es creíble que Sánchez no supiera nada de lo que hacía su círculo más próximo. Eso es pretender que comulguemos con ruedas de molino.
Pero es igual: él no dimite. Y pretendo continuar durante más de dos años, hasta julio de 2027 y aún podría agregar tres meses más en el poder. Además, Don Pedro espera que para 2027 la gente se haya olvidado y él vuelva a poder ganar las elecciones o aliarse con todo el mundo, a lo mejor hasta con Vox.
En cualquier caso, España entera observa cómo es posible un caso como el de Pedro Sánchez, que no dimite aunque le cesen: un personaje sin límites.