No ha habido sorpresas y los PGE, la ley más importante de la Legislatura, ha sido aprobada este jueves en el Congreso con 188 votos a favor y 160 en contra. El BNG se ha abstenido, y eso que estuvo negociando un acuerdo con el Gobierno.

No son unos buenos presupuestos, ni para el momento actual ni para ningún otro momento. Con una deuda pública que sobrepasa el 122% del PIB, al Gobierno social-comunista de Pedro Sánchez sólo se le ocurre aumentar el gasto, aumentar la deuda y aumentar los impuestos. Justo lo contrario de lo que habría que hacer. Mario Draghi en Italia, por ejemplo, ha reducido los impuestos, y Draghi no es sospechoso de ser antisistema ni estar en contra del mal llamado estado del bienestar.

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Pero Spain is different y destina 525 millones de euros al ministerio de Igualdad que dirige con tanto acierto Irene Montero -nadie se explica cómo llegó a ser cajera- y que supondrá, sin duda, un revulsivo para la recuperación de nuestro país.

El siguiente paso será aprobarlos en el Senado para que estén en vigor el 1 de enero. A partir de entonces, crucen los dedos para que el BCE no suba los tipos de interés. El asunto es más grave de los que parece: por cada punto adicional, los intereses de la deuda española aumentarán en 15.000 millones de euros. Y hablamos sólo del pago de los intereses.