Decíamos ayer lunes en Hispanidad que, a la vista de las encuestas, el independentismo está en horas bajas, sigue siendo necesario para el Gobierno, pero la realidad es que los partidos indepes viven su particular sangrían de votos, que los aglutina el PSC.

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Sánchez ha intentado por todos los medios contentar al independentismo, todo por seguir en la Moncloa, lo último fue la aprobación de la Ley de Amnistía, por la que Puigdemont repite como candidato de Junts en el exilio, con la vista puesta en el discurso de investudura en el que asegura que estará presente en suelo español.  

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Esta maravillosa ley de concordia que iba a suponer un reecuentro con Cataluña, según lo vendieron Sánchez y Bolaños, parece que no va a ser así. Por lo que en plena campaña electoral y en un intento de frenar la pérdida de votos, el líder de la Generalitat y candidato de ERC, Pere Aragonés, ha propuesto en rueda de prensa desde el Palau Centelles un referéndum de independencia: "¿Quiere que Catalunya sea un Estado independiente?". 

Aragonés se ha servido de un informe recibido de Joan Ridao, responsable del Institut d’Estudis d’Autogovern (IEA) en el que se asegura que el referéndum puede darse en el marco de la Constitución española por su artículo 92

Este artículo establece que se pueden someter a referéndum aquellas decisiones políticas de gran importancia, mediante un proceso que involucra la convocatoria por parte del Rey, a propuesta del Presidente del Gobierno y con la autorización previa del Congreso de los Diputados.

Y ojo, porque según Aragonés, no haría falta un mínimo de participación para que los resultados fueran válidos, vamos, que si vota él mismo ya vale, ¿comprenden?