El problema que tiene Pedro Sánchez es que no le comprendemos. Por ejemplo, es tan humilde que da la sensación de que es todo lo contrario. Se vio el miércoles, durante su moderada intervención ante los suyos, en el Congreso. Y fíjense si es humilde y tiene espíritu de servicio que asumió, sin que nadie se lo pidiera, ser el muro de contención de la “ola reaccionaria” de la ultraderecha que atravesó EEUU y Brasil, y que en España encabeza Feijóo.

Biden le paró los pies a Trump y Lula a Bolsonaro. ¿Se dan cuenta? Sánchez se equipara a ellos, siendo él mucho más decisivo. ¡Qué humilde eres, Pedro!