Lo cierto es que García-Castellón está un poco harto de la chulería de don Pablo Iglesias y hasta la Fiscalía le apoya. Lo de prevaricador ya suena muy fuerte, demasiado fuerte
Tras desaparecer del proscenio político, el exvicepresidente del Gobierno, Pablo Iglesias, ha bajado el diapasón pero el pasado le persigue. Así, la Fiscalía de Madrid ya baraja la posibilidad de pedir su encausamiento por haber calificado al juez Manuel García-Castellón como “prevaricador” y “mediocre”.
La verdad es que lo de mediocre sólo revela la pedantería del sujeto agente, el exvicepresidente segundo del Gobierno, pero lo de prevaricador es más grave. A un juez se le puede llamar cualquier cosa menos prevaricador, es decir un señor que hace algo injusto a sabiendas. Por eso, porque el juez es el que imparte justicia.
Ahora veremos hasta qué punto la Izquierda, en este caso podemita, consigue su habitual impunidad ante los tribunales. Lo cierto es que García-Castellón está un poco harto de la chulería de don Pablo Iglesias y hasta la Fiscalía le apoya. Lo de prevaricador ya suena muy fuerte, demasiado fuerte.
Pero no se preocupen, a lo sumo quedará en una pena por injurias.
Veremos.