Sí, debe ser cierto el último rumor de los mentideros políticos madrileños -convertida la capital en un auténtico patio de comadres- de que Pablo Iglesias pretende sustituir a Pedro Sánchez como líder de la Izquierda española. 

La cosa empezó a consolidarse cuando, tras fracasar como tabernero, esto es muy duro, y, aún más duro, fracasar como promotor televisivo, él, que lleva años explicándonos a los periodistas cómo debemos hacer nuestro trabajo, se destapó comparando a Corina Machado con Adolfo Hitler ("Podían haberle dado el Nobel de la paz a Adolfo Hitler a título póstumo"), porque si algo debe saber un líder político del siglo XXI es quién le paga las facturas. 

Ahora, en un mitin, donde ocupaba el papel central entre los dirigentes de Podemos, aunque se supone que están retirado, Iglesias se ha dirigido directamente al PSOE, ergo, a don Pedro para decirles que sí les necesitan, a Podemos, cuatro diputados, sobre 350 en el Congreso. ¿En serio?

Pero sí, quiere volver. Y sus enemigos no son si Feijóo ni Abascal: son Pedro Sánchez y Yolanda Díaz.