¡Oh dioses y diosas, cómo he sido traicionado!
Yo, que honor a mi nombre hago, como vino aguado,
poniendo “palitos” en la rueda del gobierno,
de la reina de Sol, al cual toco y pertenezco.
 
¡Oh dioses y diosas, que permitís tamaña traición!
Y dejáis que la reina de Sol convoque elecciones,
dando la voz al pueblo, pueblo que nada discierne,
y a mí me deja en el paro, yo, que iba para presidente.
 
¡Oh dioses y diosas, fui destinado para traidor!
Y al igual que cuando se legalizo a los comunistas,
esperaba a la Semana Santa, para unirme a socialistas,
y presentar mi autocensura, en inigualable moción.
 
¡Oh dioses y diosas, lamento haber sido traicionado!
Pues me habéis quitado, mi papel en la función,
después de haber inflado mi vanidad, mi ambición
de llegar a Presidente, siendo, un valorado traidor.