A ver si lo he entendido: el Tribunal Supremo dice que en los colegios catalanes hay que impartir más clases en castellano y que el idioma español debe tener más presencia en la formación de los menores catalanes.

Y Pablo Casado le ofrece a Pedro Sánchez aplicar la sentencia del Tribunal supremo desde Madrid. Pues no es mala idea. Además, servirá para que Sánchez dejara de ser prisionero de Frente Popular que manda España: socialistas, comunistas y separatistas, donde los radicales imponen su ley

Entonces va el presidente de la Generalitat, Pere Aragonés, y les dice a los colegios catalanes que no obedezcan al máximo órgano jurídico español y que continúen marginando el español y practicando la inmersión lingüística en catalán. Y el consejero de Educación le da la razón. Y Ada Colau, de Podemos, socio de Gobierno de Sánchez, dice lo mismo.

Y entonces, es cuando el Gobierno de la nación, al que ERC, partido que controla la Generalitat y al que pertenece Pere Aragonés, va a aprobar los presupuestos, se queda calladito. El cuento se titula: Pedro en el país de la impunidad.