Como ya hemos informado en Hispanidad, los dos papas vivos, Francisco y Benedicto insisten en que el homomonio es un atentado, no sólo contra la naturaleza humana, sino también contra la historia. 

Ahora Religión en libertad insiste en ello, y mientras un Pontífice recalca la doctrina el otro insiste en que no sólo atenta contra la ley natural y contra la doctrina de la Iglesia sino que, además, supone un golpe revolucionario contra la tradición. la historia y, esto lo añado yo, el sentido común.

Ahora bien, ¿somos conscientes de que, sólo por eso, Ratzinger y Bergoglio, suponiendo que fueran ciudadanos españoles, habrían sido condenados en España por el 510 del Código Penal con hasta cuatro años de cárcel, por homofobia? 

Esto es lo que implica los cada día más utilizados delitos de odio, es decir una figura jurídica que confunde pecado y delito  

Oiga, más que nada porque la decadencia del mundo actual comenzó cuando empezamos a confundir pecado con delito, y concedimos a los jueces el papel de obispos. Y ya saben, los jueces son malos obispos y los obispos no muy buenos jueces. Los jueces no pueden juzgar voluntades, sino hechos y los obispos no deben juzgar según ley, sino según justicia y doctrina.

Porque el odio no es un delito, es un pecado y también porque asegurar que el matrimonio homosexual es antinatural no significa ni odiar ni ofender al movimiento LGTB. 

Pues bien, Moncloa está empeñada en ampliar los delitos de odio. Que no nos pase nada.