• Vamos a cerrar las puertas a los refugiados y a expulsar a todos los que consigan entrar.
  • Y no vamos a pagar su regreso a sus países de procedencia, sino a Turquía.
  • Es decir, que en Turquía los sirios, iraquíes y kurdos van a ser muy felices.
  • Encima, la dictadura de Erdogan entrará en la Unión Europea. Empezamos por los visados.
  • Estamos metiendo en Europa a un fundamentalista peligroso y autoritario.
  • O sea, que vamos a contar con una remesa de turcos que odian a la Europa cristiana.
Toda Europa se ha visto obligada a secundar a Merkel sólo que por la tangente: en lugar de aceptar a refugiados o de ayudar a los países de donde proceden esos refugiados, han decidido pagarle 6.000 millones de euros, al dictador turco Recep T. Erdogan -único vencedor de esta tragedia- para que se haga cargo de los emigrantes. De los que han pasado, de los que no lo han conseguido y de aquellos que se encuentran en la frontera entre Grecia y Macedonia. Es decir, no admitimos más refugiados, y le compramos a Turquía un almacén donde dejarlos. A precio de oro se lo compramos, un dinero que no va a acabar en manos de los emigrantes, seguro, al menos no al 100 por 100. Por cierto, ¿van a ser más felices los refugiados sirios, iraquíes o kurdos, en una Turquía que les odia? ¿De verdad? A cambio, el tipo más peligroso de Oriente próximo para las libertades, que no es Bashar al Asad, sino Recep T. Erdogan, ha exigido que los turcos puedan transitar por Europa sin visados, pieza clave para integrarse en la Unión Europea. Estamos metiendo en Europa a un fundamentalista peligroso y autoritario. Y encima, turcos que odian a la Europa cristiana deambularán libremente por la Unión Europea. ¡Somos geniales! Eulogio López eulogio@hispanidad.com