Hispanidad ya lo advirtió en su día: Moncloa -o sea, la hidra de dos cabezas, Pedro y Pablo- exigía el cese de dos periodistas: el director de El Mundo, Francisco Rosell y el presentador del telediario II edición de Antena 3 TV, Vicente Vallés.

Ahora, el tuit del científico podemita Pablo Echenique, ha lanzado el dardo contra el único periodista televisivo que se atreve a criticar al Gobierno. De nombre Vicente y de apellido Vallés.

El ataque de Echenique a Vallés no ha pasado desapercibido para su compañera de Antena 3 Sandra Golpe, que ha criticado al político de Unidas podemos por "señalar así a quienes informan con la profesionalidad de Vicente Vallés".

 "Está muy feo, Echenique. Por cierto, ese vídeo que promocionáis incluye un bulo como una casa". Y es que Sandra Golpe ha aclarado que el fragmento en el que Álvaro Zancajo dice que "nos van a dar pero bien", es un vídeo "manipulado" que no hacía referencia a Podemos.

Vallés también ha recibido el apoyo de Maurizio Carlotti. El exvicepresidente de Atresmedia y ahora consejero externo del grupo, ha expresado que conoce a Vallés "desde el año 1995, como profesional y como persona".

 "Lo considero el mejor periodista televisivo en actividad y así resultaría palmariamente, si los 'errores' que Echenique le imputa a él, se los buscara a todos los demás: Vicente ganaría de calle", ha sentenciado Carlotti.

Pero ojo, porque Vallés, uno de los periodistas que mejor habla con imágenes y sonidos, no sólo enerva (en sentido literal, debilitamiento nervioso) a Pablo Iglesias, sino también Pedro Sánchez.

Por ejemplo, cuando el presidente del Gobierno fue entrevistado por Vallés salió bramando contra aquella entrevista poco suave y se quejó directamente al presidente de la tele, José Creuheras.

Verán, el asunto es muy sencillo: los progres piden un periodismo objetivo, que, de ser posible, que no lo es, resultaría una considerable, muy considerable, tragedia.

Ahora bien, lo que existe en el panorama periodístico y televisivo español es una legión de periodistas progres, en su mayoría de izquierdas, que aplauden a Sánchez e Iglesias, más al primero que al segundo.

Y la excepción se llama Vallés. Encima el tipo lo hace de miedo, porque ha logrado hablar con imágenes -un arte complejo- y por eso Echenique se ha lanzado contra él con su mejor arma: el insulto: Vallés hace todo esto porque es un ultra.

Por todo lo anterior no conviene olvidad que no es Iglesias, sino Sánchez, el más cabreado con Vallés.