La Iglesia española celebró, el domingo 2 de marzo , el Día de Hispanoamérica y no con un mal eslogan: "Historia de Esperanza".

Quizás también porque buena parte de la jerarquía española se ha acostumbrado al materialismo práctico imperante o lo que es lo mismo, a que se contemple a la Iglesia como un mero símbolo.

Esa jornada debería haber puesto en valor la presencia de la Iglesia católica en América y su labor en el desarrollo de los pueblos americanos hasta convertir la conquista de América en evangelización y el colonialismo de otros en mestizaje propio. Para ello se destaca la importancia del mensaje cristiano, donde fe y esperanza suponen un buena noticia para cada individuo y  para cada comunidad.

Un detalle, ¿acusó usted en las misas del domingo 2 de marzo, alguna mención sobre la jornada de Hispanoamérica (que de no de América Latina, pues no hablan latín) en nuestros templos?