Sr. Director:

Me sorprende que todavía queden españoles que, por ideología, sacrifiquen nuestro país, lo manden más a la ruina y den su voto a un embustero que nos está aniquilando. Lógicamente no está solo el embustero, pues se ha rodeado de un nutrido grupo de ministros, el más numeroso jamás conocido entre los gobiernos de nuestra época, además de cientos de asesores pagados por todos nosotros, para que le preparen la argucia más favorable para engañar al pueblo y obtener su voto.

Entre los componentes del gobierno figura una pobre mujer, carente de empatía, luces y valores, puesta al frente de un Ministerio de Desigualdad, con la misión de enfrentar a la mujer contra el hombre e incluso a unas mujeres contra otras. Este enfrentamiento, al estilo de aquellos años que todos habíamos olvidado, pero Pedro Sánchez nos quiere recordar (con mentiras a gogó) de los años 36 a 39, en los que tuvo que intervenir una persona, ahora odiada, a poner orden y que pudiésemos vivir tranquilos. Pero esta mujer sin luces, escasamente ilustrada, tiene otras misiones, entre ellas fomentar la pederastia y condenar a los niños a los bajos instintos de los mayores, su perversión y la anulación de las virtudes infantiles. Otra misión de esta señora, ideologizar a la sociedad, la descomposición de nuestro idioma con expresiones absurdas y otras disparatadas actuaciones. Y sobre todo intentar hacernos tragar la falsa ideología trans, imponiéndonosla con leyes, provocando mucho daño y haciendo infelices para toda su vida a quienes la creen y la siguen. Si tienes dudas sobre esta cruel ideología, lee el libro “Trans” de Helen Joyce que te aclarará muchas ideas. Pero no te sometas a las locuras de Irene Montero, pues estarás perdido.

Es una vergüenza que un país serio como es España, tenga que soportar a una ministra de esta calidad humana y moral y un ministerio impuesto para lograr la desigualdad entre hombres y mujeres y teorías ideológicas horrorosas, claro que hablar de País serio cuando el que lo encabeza es el maestro de los embusteros, fray Mentiras, es como pretender romper un adoquín golpeándolo con la cabeza.