Sr. Director: Dos palabras, solo dos, para el votante católico: "No matarás".
Un católico no debe tener miedo a Podemos, sino al infierno. Un católico debe conservar antes la vida que la economía. Un católico no puede votar hoy por hoy a ninguno de los partidos que tienen representación, tampoco al PP. Sólo el Partido Familia y Vida defiende los principios que cualquier persona, ya no solo los católicos, pueden defender y apoyar.
¿Qué es lo que más nos importa? Lo hijos, la familia, tener trabajo y poder vivir tranquilos. Los partidos y los políticos que nos han gobernado hasta hoy ya han demostrado lo que saben hacer: crispar y robar.
Pero si solo remugamos y no cambiamos el voto, nuestras vidas están condenadas al fracaso. Es hora por tanto de cambiar, es hora de votar en libertad, sin utilidades ni miedos de ninguna clase.
Católico, el 24 acude a votar (la abstención favorece a los grandes), y no votes ya más PP. Monseñor Munilla lo ha dicho: votar el mal menor, cuando hay bien posible, es votar el mal, y el mal, aunque sea pequeño, es mal y un católico no lo puede apoyar. El fin jamás justifica los medios, ni los miedos. Nuestro voto ha de ser católico, de amor hacia los más débiles. Quien no defiende la vida no es católico, aunque se lo crea. ¿Qué miedo tenemos? El católico sabe que al final de sus días tendrá un juicio, con la Misericordia infinita, es verdad, pero también con la Justicia infinita. Católico, cuando Dios te diga "me hiciste daño cuando mataste a muchos de mis hermanos pequeños" no podrás decir que no participaste con el aborto, porque el día que votaste a un partido partidario del mismo o que decía que no lo era, pero lo admitía y legislaba, mataste a un Hijo de Dios.
Hay muchas cosas que arreglar, sí, pero la defensa de la Vida, la dignidad de la persona y la familia, es algo principal y excluyente. Católico, pregúntale a Dios, a ver que te dice.
Rosalía Cortés
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