Sr. Director:
Los efectos de la actuación del líder de Podemos están siendo perniciosos tanto para la unidad de los partidos constitucionalistas como para el buen gobierno de España. Da toda la impresión de que Pablo Iglesias es un oportunista que pretende acabar con el régimen constitucional de 1978, lo que tiñe de sospecha sus iniciativas de estos días.
Si Pedro Sánchez sigue permitiendo que el líder de Podemos aparezca como interlocutor necesario para afrontar la crisis catalana y acaba imponiendo la Dirección de RTE, se equivocará profundamente, y eso le pasará factura. Porque los aliados de hoy pueden ser para él los peores enemigos de mañana.