Sr. Director: Para el Vaticano, que asiste a la asamblea de las Naciones Unidas, sobre prohibir el uso de las armas nucleares, desde su estatuto de observador,  lo que importa es promover con determinación las condiciones necesarias para un mundo sin armas nucleares. Es lo que dice el Papa en un mensaje en el que recuerda que la propia carta de la ONU tiene por objetivo la solución pacífica de las controversias. El propio hecho de que exista una amenaza de destrucción recíproca contradice ese espíritu fundacional. Las múltiples amenazas que se ciernen sobre la paz, desde el terrorismo a los ataques cibernéticos, los problemas ambientales o la pobreza, no se resuelven precisamente con estas armas que tantos recursos exigen y que solo ofrecen una falsa sensación de seguridad. No obstante, aunque ahora no se esperen grandes acuerdos, la asamblea de la ONU abre la posibilidad de un cambio cultural que pase de la disuasión al diálogo como un imperativo moral y humanitario, tal como sugiere el Papa. Desgraciadamente y a pesar de todo hay algún país que sus totalitarios gobernantes no lo quieren entender, están provocando, parecen tan cerriles, lo que algo que puede acabar, para ellos y para algunos más, en tragedia. Xus D.