Sr. Director:
Ante la impotencia y la necedad de los hombres, es imperiosa la necesidad de este grito, oración por la paz, dirigido a Dios para que se establezcan la concordia y la paz queridas desde el principio de la Creación.
En la prepotencia y el orgullo que no permiten reconocer nuestra condición de criaturas, hermanos de una única familia, se encuentra la semilla de la violencia y la destrucción, la pérdida del sentido mismo de la vida y de la justicia.
Por eso el mensaje, desde Asís, dirigido al mundo por el Papa y los líderes religiosos tiene una trascendencia histórica y merece ser escuchado por todos, desde la gente sencilla a los poderosos de la tierra.
El mundo necesita recorrer el camino de la oración, del perdón y la reconciliación. No olvidemos que la alternativa es la simple destrucción.
Lluis Esquena
Occidente no tiene remedio: los fanáticos musulmanes conquistan Damasco... y RTVE sigue hablando de "rebeldes"
08/12/24 15:45