Sr. Director: Una señora muere y llega a las puertas del cielo donde se encuentra con San Pedro. Bienvenida al paraíso, le dice San Pedro, antes que te acomodes te comento cómo es esto. Lo usual aquí, es hacerte pasar un día en el infierno y otro en el paraíso y luego podrás elegir dónde quedarte por toda la eternidad. La acompaña al ascensor y baja hasta el infierno. Las puertas se abren y se encuentra justo en medio de un verde campo de golf, a lo lejos hay un club y de pie delante del mismo, están todas sus amigas. Todas corren a saludarla, la abrazan y recuerdan los buenos tiempos. Juegan un partido de golf y luego por la noche cenan juntas en el restaurante del club, con langosta como plato principal. Comparten la noche con hermosísimos y liberales ejemplares masculinos. Se encuentra también al diablo, que es un tipo muy simpático y le divierte mucho contando chistes y bailando. Se divierten tanto que antes que se dé cuenta, es hora de irse. Todos le dan un apretón de manos y la saludan mientras sube al ascensor. El ascensor sube, se abre la puerta y llega al cielo donde San Pedro la está esperando. Ahora es el momento de pasar un día en el cielo. Así que ella pasa las 24 horas saltando de nube en nube, tocando el arpa y cantando. Ya estaba aburrida cuando después de las 24 horas, San Pedro va a buscarla. Ya has pasado un día en el infierno y otro en el paraíso. Ahora debes elegir para toda tu eternidad. La señora reflexiona un momento y luego responde: bueno el paraíso ha sido descansado y relajante, pero creo que he estado mejor en el infierno, elijo el infierno. Al llegar, cuando se abren las puertas del ascensor, se encuentra en medio de una tierra desierta cubierta de desperdicios. Sus amigas tristes, vestidas con harapos recogiendo desperdicios y metiéndolos en bolsas negras. El diablo con una gran coleta, la alcanza y le pone un brazo en el cuello. Y ella le dice, no entiendo, ayer estuve aquí y había bellos jóvenes, un campo de golf y un club. Comimos langosta y caviar, bailamos y nos divertimos mucho. Ahora todo lo que hay es un lugar desértico lleno de porquerías... Y mis amigas parecen unas miserables. El diablo de la coleta la mira, sonríe y le dice: ayer estábamos en campaña, hoy ¡ya votaste por nosotros...! Reflexiona tu voto, sal a votar este 26 de junio y no votes al diablo con coleta.