Sr. Director:

“El 1 de noviembre de 1950, el venerable Papa Pío XII proclamó como dogma que la Virgen María ‘terminado el curso de su vida terrestre, fue asunta en cuerpo y alma a la gloria celestial’. Esta verdad de fe era conocida por la Tradición, afirmada por los Padres de la Iglesia, y era sobre todo un aspecto relevante del culto tributado a la Madre de Cristo. Precisamente el elemento cultual constituyó, por decirlo así, la fuerza motriz que determinó la formulación de este dogma: el dogma aparece como un acto de alabanza y de exaltación respecto de la Virgen santa. (…) Así se expresó en la forma dogmática lo que ya se había celebrado en el culto y en la devoción del pueblo de Dios como la más alta y estable glorificación de María: el acto de proclamación de la Asunción se presentó casi como una liturgia de la fe” (Benedicto XVI).

Dios corona su obra. María es la primera criatura elevada al Cielo en cuerpo y alma gloriosos. La primera criatura que vivió la muerte en la tierra, entrando en el cielo para toda la eternidad, en la unión gloriosa y personal de alma y cuerpo. Por cierto, lo celebramos el próximo martes día 15.