Sr. Director:
Como han señalado los obispos franceses, no hay ningún motivo para precipitar la muerte de Vincent Lambert. La muerte no debe ser absurdamente retrasada, como tampoco debe ser causada, y a Vincent Lambert no se le ha retirado ningún tratamiento desproporcionado sino los alimentos, la hidratación y los cuidados paliativos que disfrutaba. Es la diferencia entre apostar por la cultura de la muerte, revestida de una falsa compasión por el que sufre, o promover y defender la vida de cada ser humano como el principio básico de un verdadero progreso social. Parece que, desgraciadamente, a Vincent Lambert se le está utilizando como palanca para la aceptación social de la eutanasia.
Jesús Domingo