A la reforma judicial, naturalmente histórica y hasta un poco histérica, del ministro de Justicia y Presidencia, José Félix Bolaños, se opone la inmensa mayoría de jueces y fiscales. 

La reforma de 'El Bolas' consiste en dos cosas: en repetir la operación socialista de los años ochenta en la universidad, a costa de reducir el valor de las oposiciones y de elevar a todos los profesores no numerarios (los famosos PNN) al rango de profesores titulares. 

Ahora se trata de lo miso pero con la justicia: que los jueces 'sustitutos', un segundo 'cuarto turno', se conviertan en titulares de hecho. A la izquierda nunca le han gustado las oposiciones: exigen mucho esfuerzo.

Naturalmente, los jueces, que se han esforzado en estudiar una oposición, se cabrean. Además, saben cuál es el objetivo final: que la izquierda progre tome los tribunales y falle a favor de los políticos progres, mayormente.

Lo segundo, el Estatuto Fiscal, aún es más peligroso: se trata de que los fiscales sean quienes instruyan la causa, "como se hace en Europa", repite 'El Bolas'. Otra mentira vendida con una envoltorio de verdad. Es cierto que el fiscal suele instruir la causa en muchos países pero, ojo, siempre bajo la supervisión del juez y según los criterios que marque el director de la investigación, que es el juez... como no puede ser de otra forma, que diría un sanchista.

Y esto porque el juez es independiente, mientras la Fiscalía es una pirámide jerárquica. Lo que no significa que sea propiedad del Ejecutivo, porque es el fiscal general del Estado, no el fiscal general del Gobierno,

Dos barbaridades de Bolaños contra la independencia judicial que 'El Bolas, vende, según costumbre, como lo contrario de lo que es, es decir, con la táctica favorita del Sanchismo: dime de qué presumes y te diré de qué adoleces. Es decir, lo vende como independencia judicial cuando lo que él pretende es acabar con esa independencia.

Por el momento, los jueces preparan una huelga indefinida.